El jurado declara culpable a la mujer que negaba haber matado a su novio en Zaragoza
Natalia Chiguachi se enfrenta a una pena de prisión que va de los 12 años y medio a los 15.
Natalia Chiguachi mató a primera hora de la mañana del 5 de febrero del año pasado a quien era su pareja, Sliman Guiz. Así lo ha considerado probado por mayoría este lunes el jurado en la que era la quinta sesión del juicio que se venía celebrando desde la semana pasada en la Audiencia Provincial de Zaragoza y en el que la acusada ha sido declarada culpable de un delito de homicidio. El veredicto recoge además la circunstancia agravante de parentesco que solicitaba la acusación particular y deniega las dos eximentes y la atenuante calificada que había planteado la defensa: miedo insuperable, legítima defensa y obcecación.
A la vista del resultado, la Fiscalía se ha reafirmado en su petición al tribunal presidido por la magistrada María Soledad Alejandre de una condena a 14 años de prisión para Natalia Chiguachi. La acusación particular, ejercida por el abogado Alejandro Giménez, eleva el castigo a 15 años y la defensa, a cargo del letrado Juan Carlos Macarrón, solicita el mínimo previsto por la ley, 12 años y medio. Para el jurado no cabe ni el indulto ni la suspensión de la pena.
El tribunal popular, apoyándose en el testimonio ofrecido en el juicio por los forenses del Instituto de Medicina Legal y por los peritos aportados por la defensa, Javier García Tirado y Carlos Val-Carreres Guinda, considera probado que alrededor de las 8.30 de aquel 5 de febrero, tras una madrugada plagada de discusiones, amenazas y forcejeos en los que ambos se causaron heridas, Natalia Chiguachi cogió un cuchillo de cocina con la intención de matar a Sliman Guiz. Para ello, sin que él se defendiese, le asestó una única puñalada en el hemitórax anterior izquierdo de 2,4 centímetros de profundidad que le alcanzó el corazón tras atravesar previamente dos costillas. Como consecuencia se produjo un taponamiento cardíaco que hizo que la víctima se desvaneciese en cuestión de segundos y que le produjo la muerte en menos de cinco minutos.
En contraposición, Chiguachi había expuesto que fue Sliman Guiz quien cogió el cuchillo y la amenazó de muerte. Después, tras una refriega éste se había marchado a la cocina desde donde llamó a la que era su novia para enseñarle la herida y pedirle ayuda. Ella, siempre según su testimonio, lo llevó al sofá y llamó al 112 pese a la negativa de él. En su versión de los hechos, lo ocurrido fue un accidente del que nunca supo explicar con detalle el momento clave del pinchazo mortal. De hecho, a los primeros agentes que acudieron al domicilio tras dar el aviso lo que les contó fue que su pareja se había clavado la pata de un patinete en una caída. Algo que pronto se comprobó que no era compatible con el corte que presentaba la víctima.
El jurado igualmente considera que Chiguachi, antes de llamar a los servicios de emergencias, tal y como expusieron los investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, limpió el cuchillo del crimen y los restos de sangre que había en la vivienda. También trasladó el cuerpo de Sliman Guiz al sofá y le dio la vuelta a la camiseta que vestía quedando fuera de la vista el roto provocado por la cuchillada. Entre la hora estimada de la muerte, las 8.30, y el momento en el que marcó en el teléfono el 112, las 9.57, transcurrió casi una hora y media.
