Empresa familiar

¿Quiénes han levantado el Grupo Lobe?

La empresa aragonesa, puramente familiar, cerró el ejercicio económico alcanzando los 173,5 millones de euros.

El director general del Grupo Lobe, Juan Carlos Bandrés, frente a una de las promociones realizadas en Zaragoza.
El director general del Grupo Lobe, Juan Carlos Bandrés, frente a una de las promociones realizadas en Zaragoza.
Guillermo Mestre

El aragonés Grupo Lobe sabe lo que es bajar hasta lo más hondo tras la crisis inmobiliaria de 2008 y resurgir de sus cenizas hasta lograr, hace escasos días, las mejores cifras de su historia. El origen de esta empresa es puramente familiar y, con 37 años de historia e innovación, se han mostrado como referentes de la construcción en Aragón y en el resto de España. Ahora, sus fundadores quieren buscar nuevos modelos de negocio adaptándose a las tendencias del sector inmobiliario, como ya han demostrado con la compra de un edificio del centro de Zaragoza para hacer apartamentos con servicios.

Los orígenes de la empresa familiar datan de 1984. Por aquel entonces, eran tres socios con poco capital que no podían hacer frente a grandes inversiones. Así, se dedicaron a reformas de locales comerciales. Su primer trabajo residencial fueron unas unifamiliares en Cuarte. En un inicio, dependían de una constructora para desarrollar su actividad, pero todo cambió años más tarde (1999) cuando la compañía asume también la construcción de los inmuebles.

No fue hasta 1992 cuando Juan Carlos Bandrés, la cara más visible de la compañía, asume en solitario la responsabilidad y dirección de la empresa. A día de hoy continúa siendo el máximo accionista del grupo, además de su director general. Pero no es el único de la familia en el organigrama: Eduardo Bandrés Ibáñez, director de estrategia y desarrollo y 'executive MBA' en el Instituto de Empresa (IE), y Jorge Bandrés, su hermano. Ambos son de la segunda generación de fundadores, hijos de Juan Carlos.

La compañía tuvo que llevar a cabo una reestructuración a causa de la crisis de 2008 que azotó a todas las constructoras y promotoras del país, con muchas de ellas abocadas a concursos de acreedores. Gracias a este cambio, que tenía como objetivo una organización que permitiese atender a las necesidades del cliente primando la calidad del producto en todas las fases del proceso productivo, Lobe sorteó la crisis y estabilizó sus resultados.

El resto es historia. Hace a penas unos días el grupo daba a conocer su memoria anual en la que confirmaba haber batido récords en los últimos tres años. La empresa registraba la mayor cifra en términos de balance de situación (173,5 millones) de su historia a la vez que consiguió los mejores ratios financieros, solvencia y endeudamiento. 

El sello por excelencia del grupo aragonés es el passivhaus. Todas sus promociones contienen este certificado energético, que reduce de sobremanera el gasto en las facturas de la luz. De hecho, Lobe tiene 1.810 viviendas en ejecución y otras 1.192 en cartera para los próximos años en los que prevé seguir creciendo todavía más. Además, un gran número de ellas son VPO, convirtiéndolo en el mayor promotor de Aragón de este tipo de viviendas más asequibles. Los hogares con certificación passivhaus que llevan la estampa de Lobe suponen el 60% a nivel nacional y hasta el 5% a nivel mundial.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión