Condenado por agredir sexualmente a una joven a la que acababa de conocer

El acusado alegó que la relación fue consentida, pero la Audiencia de Zaragoza concluye que forzó a la víctima junto al puente de Piedra. 

El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
José Miguel Marco

Es cierto que la chica había abusado del alcohol e iba muy afectada y también que había propuesto "follar" al joven que había conocido apenas unos minutos antes y que se estuvo besando con él, pero nada de eso justifica que la forzara a hacerle una felación y que, pese a su oposición, le introdujera los dedos en la vagina y le causara lesiones

Así lo aprecia la Audiencia Provincial de Zaragoza, que ha condenado al acusado, Yassine Moujane, a cinco años de prisión y diez de libertad vigilada por un delito de agresión sexual. Además, lo obliga a indemnizar a la víctima con 20.000 euros por las secuelas psicológicas, aunque es insolvente.

La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Francisco Picazo, declara probado que en la noche del 28 agosto de 2021 la joven, de 19 años, había estado con sus amigas de copas en el Casco Viejo. Ya en la madrugada del día 29, se dirigieron a la zona de la ribera del Ebro y allí trabaron contacto con un grupo de chicos a quienes no conocían de nada. 

Entre ellos estaba Yassine Moujane, de 18 años, con quien la denunciante comenzó a hablar. En un momento dado se separaron del grupo hasta un lugar apartado, junto al río, donde comenzaron a besarse. En esta tesitura, el acusado indicó a la joven que le practicara y, al negarse, la agarró la cabeza con ambas manos violentamente y le introdujo el pene en la boca. "Seguidamente le bajó los pantalones y las bragas y le introdujo los dedos en la vagina haciendo caso omiso a los ruegos de la joven en el sentido de que la dejara, y llamándola puta", recoge el fallo judicial.

Al final, ella consiguió desasirse de su agresor y salió corriendo tras tropezar y golpearse en la espalda con una superficie dura. Sin saber donde estaba, contactó con dos de sus amigas, que la fueron a buscar a la margen izquierda del puente de Piedra. Ambas observaron que presentaba el cinturón roto y manchas de sangre en el pantalón. Tras contarles lo sucedido, llamaron a la Policía y fueron al Hospital. Los forenses comprobaron que tenía cinco excoriaciones a nivel lumbar y varias en el introito vaginal y en la zona externa. Le tomaron muestras de sangre que dieron como resultado 1,37 gramos de alcohol.

El acusado en todo momento dijo que las relaciones habían sido consentidas y que si la chica presentaba lesiones fueron accidentales. Declaró que, ante su negativa a ser penetrada al no disponer en ese momento de preservativo, él se limitó a introducirle los dedos y a que le hiciera una felación.

Sin embargo, el tribunal da más crédito al testimonio de la víctima al entender que está avalado tanto por las lesiones que presentaba como por los informes psicológicos y las manifestaciones de sus amigas, las mismas que hizo en el hospital y ante la Policía que la asistió esa noche. A consecuencia de los hechos, la joven presentó alteraciones psicológicas, cambios cognitivos y afectación en el funcionamiento personal, social, académico y relacional.

Tanto el fiscal como la acusación particular, ejercida por la abogada Cristina Martínez Bellido, solicitaron que el encausado sea expulsado de España cuando acceda al tercer grado y así lo ordena el tribunal.

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