La Zaragoza del futuro inmediato pretende cambiar la gestión de toda la vida por el 'Gobierno del dato'. Se apunta a la corriente de ayuntamientos que, emulando al mundo empresarial, quieren sacar oro de la ingente cantidad de datos que atesoran. A través de un análisis exhaustivo de los datos, aspiran a generar oportunidades, mejorar la calidad de vida del ciudadano, personalizar los servicios y ajustar las políticas públicas del Gobierno. El primer paso para conseguirlo es dotarse de un marco normativo, y en eso trabaja Zaragoza, que ultima una ordenanza pionera que regulará los estándares de calidad de los datos, su conservación, su vida útil y las garantías de accesibilidad para el ciudadano. Aunque su complejidad nos lleve a pensar que es un tema menor, entre los múltiples datos que maneja un Ayuntamiento están todos los nuestros. Así que es mejor estar atentos. Porque el salto al 'Gobierno del dato' traerá muchas cosas buenas. En el ámbito más práctico, el ciudadano podrá recibir avisos de incidencias en la vía pública, aparcamientos libres, actividades lúdicas... y el Ayuntamiento detectará brechas sociales, comerciales y digitales en la ciudad y ajustará sus políticas a ellas. Es aquí donde reside el mayor ‘pero’. La gestión municipal deberá encontrar el equilibrio perfecto entre la razón y el corazón, entre el poder de los datos y las enseñanzas que solo se consiguen escuchando al ciudadano. Mientras lo consigue, como decía José María García: “Ojo al dato”. Tiene mucho más valor del que nunca hubiéremos imaginado.