"El responsable del cabildo debería haber avisado de que no iban a dejar ver el fenómeno solar. Hoy estábamos más de 100 personas esperando a que terminara la misa en la Seo para poder entrar a verlo. Cuando han salido todos lo feligreses, la encargada nos ha cerrado la puerta en las narices. Vergonzoso, y soy católico practicante".

Así de contundente se manifestaba este lunes, día de Navidad, un lector de HERALDO tras haber esperado pacientemente ante las puertas de la catedral de la Seo de Zaragoza para observar el fenómeno solar que se produce en esta fecha: la alineación de rayos solares a través de un óculo lateral del citado templo, iluminando la capilla del Nacimiento. Su indignación era compartida por el resto de personas que esperaban poder ser testigos de un fenómeno en el que se dan la mano la ciencia y la religiosidad en un día tan señalado como el de Navidad. 

Unizar

Según informó en un comunicado el pasado sábado la Universidad de Zaragoza, citando al catedrático de Matemática Aplicada  Luis Rández García, este evento, del que no consta hasta la fecha documentación, se produce los días próximos al solsticio de invierno. Así, la orientación de la catedral permite que se produzca el fenómeno y muestra la interesante relación de la construcción de las catedrales con la astronomía, según explica el profesor e investigador del Instituto Universitario de Investigación de Matemáticas Aplicadas (IUMA-Unizar).   

Este tipo de 'asoleos' se produce en otros templos destacados, como la catedral de Huesca: en las fechas previas al equinoccio de primavera, la luz que entra por uno de los óculos de la capilla de San Joaquín y atraviesa la corona de la imagen de la Inmaculada iluminándola. 

También se ha hallado en  el entorno de la desembocadura del barranco de la Choca, en el río Vero, un santuario solar que se remonta al Neolítico e implica a la ermita de Santa Martín de Lecina, las pinturas rupestres del tozal de Mallata y la cueva de la Mezquita. En un estudio del paleontólogo Alejandro Puyo publicado en la revista de la Universidad de Zaragoza 'Salduie' da fe de los descubrimientos relacionados con la iluminación del sol a través de agujeros en la roca que permiten suponer la existencia del citado santuario de culto al Sol. En torno al solsticio de invierno, un rayo de sol entra por una ventana natural, incide en el lugar donde se construyó posteriormente la ermita y ese mismo día, en una cueva de enfrente, otro rayo atraviesa un tragaluz y se proyecta sobre una estalagmita.