sucesos
La Guardia Civil ya sabe quién es el joven que murió atropellado en el arcén de la N-330
La víctima caminaba sola a la altura de María de Huerva y no portaba ningún tipo de documentación, lo que dificultó en un primer momento su identificación.
La Guardia Civil continúa investigando las causas del atropello mortal registrado el pasado lunes por la tarde en la carretera N-330 a su paso por el término municipal de María de Huerva (Zaragoza), pero ya sabe quién fue la víctima. Como informó HERALDO, se trataba de una persona joven, pero en el momento del accidente no portaba ningún tipo de documentación. Por su color de piel, los investigadores dedujeron que podría tratarse de un inmigrante de origen africano, lo que finalmente se ha confirmado.
Según las primeras pesquisas, el fallecido es un joven senegalés que actualmente residía en la localidad de Longares. Al parecer, contaba con ayuda de alguna organización benéfica, que sería la que está colaborando ahora con la Benemérita para llevar a cabo la identificación oficial e intentar contactar con su familia.
Lo que todavía se ignora es qué hacía esta persona caminando sola el lunes por el arcén de la N-330 a las 18.40, cuando ya se había puesto el sol y la visibilidad era bastante mala, puesto que en este tramo no hay alumbrado. El fallecido vestía además ropas oscuras sin ningún tipo de elemento reflectante, lo que contribuyó a que la conductora del coche –que dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas– no lo viera.
El accidente se produjo justo a la entrada del municipio, pero parece poco probable que la víctima viniera caminando desde Longares, población situada a unos 23 kilómetros de María de Huerva. De ahí que la Guardia Civil continúe buscando testigos y personas del entorno del fallecido que puedan aclarar de algún modo lo sucedido.
El turismo que embistió al joven llevaba un golpe en el lateral derecho, justo encima de la rueda delantera. A falta de las conclusiones del atestado oficial, parece que pudo golpear con esta parte de la carrocería a la víctima, que salió proyectada sobre el capó e impacto contra el parabrisas, que terminó fracturado.
No tenía constantes vitales
«Las médicas han llegado muy rápido para intentar auxiliarlo, pero el joven ya no tenía constantes vitales», señalaba el lunes por la noche el alcalde de María de Huerva, Joaquín Calleja. «Lo que tampoco está claro es por qué caminaba solo por esta carretera a estas horas y con ropa oscura–añadía–. Hay una granja cerca, pero ignoramos si trabajaba allí. Por ahora, son todo suposiciones y habrá que esperar para aclarar lo sucedido».
Según las estadísticas oficiales de la Dirección General de Tráfico (DGT), en lo que va de año se han registrado 53 muertes en las carreteras aragonesas. Y de todas estas víctimas, ocho han sido peatones, cuatro de ellos, conductores u ocupantes de vehículos que se habían detenido en la calzada a causa de alguna avería o pinchazo y terminaron siendo arrollados. Así sucedió el 15 de marzo en la A-68 en Zaragoza; el 27 de mayo en la AP-2 en Villafranca de Ebro; el 21 de noviembre en la Z-40, también en Zaragoza; y el pasado 10 de diciembre en la A-23 en Gurrea de Gállego.
De las otras cuatro personas fallecidas en atropello, tres fueron casualmente mujeres que cruzaban las travesías de distintos municipios. Los accidentes se produjeron el 14 de mayo en Canal de Berdún; el 16 de junio en Monzón; y el 23 de agosto en Alfambra. A estos siniestros hay que sumar el registrado también el lunes en el tramo de la N-330 que discurre por el término municipal de María de Huerva.
