Política-ficción, cesiones y amnistía
La realidad supera ampliamente la ficción. Lo comprobamos a diario en una actualidad política de alto voltaje en la que, cuando pensamos que es imposible alcanzar cuotas de surrealismo mayores, la realidad, tozuda, nos demuestra que todo puede ir a peor. Y no es solo porque se trivialice sobre a quién le gusta la fruta, ni porque se admita a un líder político asegurar que habrá un momento en el que "el pueblo querrá colgar de los pies a Sánchez".
Asistimos atónitos a una política espectáculo en la que cualquier tiempo pasado fue mejor. Con los presupuestos por hacer y explicaciones que dar, el presidente habló de lo humano y lo divino en una distendida charla con Jorge Javier para ‘vender’ su libro. Catorce ministros le arroparon en la presentación de ‘Tierra firme’, el libro que sucede a ‘Manual de resistencia’, metáforas, quizá, de la deriva política de un país que pasa con rapidez de la hilaridad al sonrojo y que dinamita todos los puentes para el acuerdo.
Nos despertamos ayer con el anuncio de un pacto entre el PSN y Bildu para cambiar al alcalde de Pamplona, moción de censura mediante, un mes después de investir a Sánchez presidente. Mientras el PP alzaba la voz en España, el líder socialista, en Estrasburgo, discutía en el Europarlamento sobre la amnistía en Cataluña, debate que esquivó el martes en el Congreso. Reprochó a los populares sus pactos con Vox, ya están de precampaña en Europa, y escuchó impertérrito las advertencias del prófugo Puigdemont si no cumple su pacto. ¿Puede llegar aún más lejos la política-ficción?
