El ‘rey del simpa’ se juega 2 años de cárcel por tocamientos a una policía en Zaragoza

El conocido estafador será juzgado en la Audiencia, ya que la agente lo acusa de un delito de agresión sexual por tocarle el pecho cuando estaba detenido.  

Antonio Grimal, en una foto reciente, en la plaza de España de Zaragoza.
Antonio Grimal, en una foto en el  verano de 2022, en la plaza de España de Zaragoza.
Heraldo

Antonio Miguel Grimal Marco, conocido en Zaragoza como el ‘rey del simpa’ por su empecinamiento en no pagar en los bares, se sentará el próximo mes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza. Esta vez no será por estafas leves, delitos que, además, no son competencia de este tribunal, sino por un delito de agresión sexual que presuntamente cometió durante uno de sus múltiples arrestos.

La víctima fue la funcionaria del Cuerpo Nacional de Policía que lo conducía al calabozo y a la que el detenido tocó el pecho. Según él, con intención de indicarle que no llevaba el número de identificación junto al escudo. Según, la agente, con ánimo de menoscabar su integridad sexual.

Los hechos ocurrieron durante el verano de 2022. Grimal Marco había sido denunciado por no abonar la cuenta de la comida que había pedido en un bar y una patrulla del 091 se desplazó hasta allí para llevarlo a la comisaría. Como era habitual, el hombre, de 49 años, no opuso ninguna resistencia y se subió al coche policial sin decir una palabra.

En las numerosas detenciones que constan en su historial –acumula 65 arrestos todos por estafas leves– su actitud suele ser siempre pacífica. Los funcionarios lo interrogan y luego lo conducen al calabozo, donde pasa la noche a la espera de ser trasladado al juzgado de guardia. Sin embargo, ese día, mientras le tomaban declaración en presencia de su letrado, Antonio Miguel Grimal hizo varios guiños a la funcionaria. Después, cuando lo llevaba al calabozo dirigió su mano al pecho de la funcionaria, se la puso en la zona del escudo y estirándole del polo le dijo: "Tú no llevas el número".

La agente se sintió vejada por el arrestado y presentó después una denuncia por atentar contra su indemnidad sexual. Representada por su abogada Pilar Sangorrín, letrada también del sindicato SUP, ratificó la acusación en el juzgado que decretó la apertura de juicio oral por un delito contra la libertad sexual. La abogada solicita para el acusado una pena de dos años de cárcel y tres de libertad vigilada, así como una indemnización de 3.000 euros por daños morales.

La Fiscalía, sin embargo, no lo ve así y mantiene que del visionado de las imágenes de la comisaría no se puede acreditar ni que hubiera guiños ni que el gesto de tocarle el escudo fuera para satisfacer sus instintos libidinosos. Entiende que la intención fue la de "provocar" a la agente "tocándole el escudo", ya que ahí fue donde dirigió la mano, y no "vejarla" o "intimidarla" en su integridad sexual. 

El Ministerio Público considera que si bien la acción de Grimal puede ser "reprobable", cree que no tiene "entidad suficiente" para ser considerada un delito contra la libertad sexual. Añade que como la "falta de respeto" a los agentes de la autoridad está despenalizada, la actuación del arrestado no puede ser perseguible penalmente. Por esa razón, solicita su absolución.

El juicio debería haberse celebrado el pasado 7 de noviembre, pero no fue posible localizar al encausado, por lo que fue aplazado hasta enero

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