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Javier Celma: "Zaragoza tiene muchas condiciones para ser optimista"

Premio Internacional Innovación Europa Sostenible del Grupo San Valero

Javier Celma. Detrás, el verde otoñal.
Javier Celma. Detrás, el verde otoñal.
Oliver Duch

Dentro de los Premios Internacionales Innovación Europa Sostenible, que concede el Grupo San Valero, ha sido premiado el ingeniero técnico Javier Celma, referente en el medio ambiente en Zaragoza en las últimas décadas.

Procede comenzar con una felicitación.

Gracias a usted. Y gracias al Grupo San Valero por el cariño con que tratan estos asuntos fundamentales en nuestras vidas. Tiene sensibilidad con todas las personas que se han volcado en proyectos e iniciativas sostenibles, acercándonos a las pautas que marcaba la Unión Europea.

¿Por qué se ha volcado con la ecología?

Le cuento mi trayectoria profesional y me entenderá. Primero trabajé en la papelera La Montañanesa. Aparte de en la electrónica analógica, me especialicé en control de humos y depuración de aguas. Era 1976. En esos tiempos, no había tanta conciencia ecológica como ahora. Después pasé por General Motors España, en el departamento de Energía y Medio Ambiente.

Buena escuela, la Opel, sí señor.

De allí fui a una empresa de electromedicina, hasta que en 1983 entré en el incipiente departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza. Se creó por los problemas de contaminación que había en Zaragoza.

¿Tan mal estaba el percal por aquí...?

Sí. Solo un dato: según el Ministerio de Industria, en 1976, Zaragoza era la tercera ciudad más contaminada de España

Pues sí que estaba mal la cosa...

Entré como ingeniero en el Ayuntamiento. Estuve hasta 2015, salvo un paréntesis de director general del Agua del Gobierno de Aragón. Me llamó Isidoro Esteban, que era consejero de Ordenación del Territorio. Por cierto, entonces había que ser funcionario de carrera para ser director general...

Ya ve, los tiempos avanzan que es una barbaridad...

Pienso que se alcanzaron logros importantes tanto en Zaragoza como en Aragón. Zaragoza pasó de ser una ciudad muy contaminada a una urbe con mejor calidad del aire. Incluso una referencia nacional e internacional. Nos implicamos mucho en la Expo. También, en programas de ahorro de agua. Fui director técnico del Plan Estratégico de Zaragoza para 2010.

¿Y en Aragón?

En el Gobierno de Aragón, hice el Plan de Saneamiento de Aguas Residuales, además de depuradoras en Huesca, Teruel, Jaca y Sabiñánigo. Sigo formando parte de la Comisión de Energía y Medio Ambiente del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales.

Sin agua, no hay vida...

Zaragoza durante muchos años fue la capital del agua.

Qué menos, con un río que es más grande que el mar en el que termina.

Debemos cuidar el Ebro, mimarlo. Recuerdo que en la Conferencia Mundial de Estambul proponían un documento de apoyo a los trasvases. Nuestra presencia y argumentos evitaron que la palabra trasvase figurara en el documento final.

El premio que acaba de recoger sintetiza toda su lucha.

He dedicado mi vida a esta tarea. Zaragoza tiene muchas condiciones para ser optimista, pero no podemos bajar los brazos en este objetivo. Yo aposté por el primer carril bici que se instaló en la ciudad. Ahora habrá que seguir vertebrando zonas como Arcosur, Plaza, el aeropuerto... Para alcanzar el objetivo previsto para 2030 de que la ciudad sea neutra climáticamente, hay que trabajar ahora.

Malo cuando la naturaleza es un lujo y no una necesidad...

Las generaciones venideras tienen el mismo derecho que nosotros a disfrutar del planeta. Y, de momento, no hay otro planeta en que vivir. Y a medio plazo, tampoco se prevé que lo haya...

¿Viajar a Marte no le mola o qué...?

Yo creo que está un poco lejos... Vamos a cuidar la Tierra, que se está muy bien aquí.

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