Vía libre a nuevas excavaciones en un barranco de Calatayud para localizar dos fosas comunes

En diciembre de 2022 la zona de Cortasogas, en el eje del Perejiles, acogió las labores en uno de los tres puntos prioritarios indicados por el georradar.

Las labores se desarrollaran en las cercanías del barranco de Cortasogas
Las labores se desarrollaran en las cercanías del barranco de Cortasogas
MACIPE

El barranco de Cortasogas, localizado cerca del antiguo trazado de la carretera del río Perejiles en el término municipal de Calatayud, acogerá este año las nuevas labores de búsqueda de la fosa común donde se cree, según un estudio, están los cuerpos de al menos cuatro asesinados en agosto de 1936: el que fuera cura de San Cruz de Grío Serafín Gracia, el industrial Eugenio Castillo Ibarra, el abogado Germán Baquedano Barra y el médico Eradio López Tappero.

Para ello, la actual Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ha aprobado una partida de 9.867 euros para sufragar el contrato menor para realizar la intervención arqueológica de localización de dos fosas comunes. Esta encomienda ha recaído en el arqueólogo Francisco Javier Ruiz y corresponderá al presupuesto autonómico de 2023, con la indicación de que se acometa en "un plazo de finalización anterior al final de 2023".

Según ha podido conocer HERALDO, se estima que los trabajos comiencen, previsiblemente, en la segunda quincena del próximo mes de noviembre. Se trata de la continuación de las labores que ya se realizaron en diciembre de 2022, cuando la DGA, a instancia de una solicitud impulsada por tres de las cuatro familias, con el apoyo del PSOE de Calatayud y con la colaboración de la Asociación Arico, autorizó la primera excavación en una finca que hace más de 80 años colindaba con la carretera.

Entonces, la excavación se inició en esa zona, uno de los tres puntos marcados como prioritarios por el paso del georradar, y acabó sin resultados. Ahora, se explorarán los otros dos enclaves compatibles con la existencia de sendas fosas y que fueron determinadas por el examen del aparato.

La ubicación viene determinada de acuerdo al testimonio de fuentes orales recogidas en el libro 'La ciudad silenciada: Segunda República y represión fascista en Calatayud', del investigador Nacho Moreno.

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