Vuelca un camión con 36 toros de 500 kilos entre Malanquilla y Villarroya de la Sierra

Se necesitaron más de 9 horas para rescatar y volver a embarcar a las reses.

Los bomberos de la DPZ tuvieron que excarcelar a los animales
Los bomberos de la DPZ tuvieron que excarcelar a los animales
Diputación de Zaragoza

El vuelco de un camión cargado con 36 toros en el tramo de la carretera N-234 que discurre entre las localidades zaragozanas de Malanquilla y Villarroya de la Sierra provocó el pasado lunes un serio contratiempo. Y no porque algunas de las reses que terminaron libres sobre el asfalto embistieran a los vehículos que por allí pasaban, sino porque su rescate y posterior embarque en otro tráiler se demoró más de nueve horas. De hecho, el accidente se produjo a las cinco de la tarde y el remolque siniestrado no fue retirado hasta pasadas las dos de la madrugada del martes.

La Guardia Civil de Tráfico ha abierto una investigación para aclarar las causas del suceso, que se produjo en una zona de contracurvas cuando el camión que transportaba el ganado circulaba con destino a la localidad valenciana de Buñol. Habrá que esperar a conocer las conclusiones del atestado, pero no se descarta que el elevado peso de los animales -de más de 500 kilos y que habían sido recogidos en granjas de Soria y Navarra- descompensara en algún momento la carga.

Lo cierto es que el tráiler volcó en la cuneta y «unos seis o siete» astados terminaron en el fondo de un pequeño barranco. No era ganado bravo, lo que sin duda hubiera complicado muchísimo más su rescate, sino reses destinadas a carne. Aún así, los Bomberos de la Diputación de Zaragoza y el resto del operativo de emergencias tuvieron serios problemas para sacar a los toros del barranco. Al final, a varios de ellos los ataron con sogas que amarraron a un vehículo para ayudarlos a subir.

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Tampoco resultó sencillo liberar a los animales que quedaron atrapados y malheridos en el interior del remolque siniestrado. Según explicaron algunas de las personas que participaron en esta operación, hubo que sacar a los toros "uno por uno". "Después del accidente, estaban bastantes nerviosos. Y aunque no eran animales bravos, podían embestir y herir a alguien", contaban.

Durante todo este tiempo, se usaron varios vehículos para improvisar un corralillo y reagrupar al ganado. El objetivo, evitar que algún animal pudiera escapar y provocar algún accidente en la carretera, en la que la Guardia Civil estaba dando paso alternativo mientras al resto de usuarios.

El conductor del camión resultó ileso, pero el accidente se cobró la vida de ocho de los 36 astados.

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