La fosa común donde yacen miles de zaragozanos que perdieron la vida en Los Sitios

La arboleda de Macanaz dio obligada sepultura a hasta 10.000 personas anónimas que no tenían hasta ahora nada que les recordara.  

El memorial 'Fosa Común', en la inauguración de este martes.
El memorial 'Fosa Común', en la inauguración de este martes.
Oliver Duch

"Nada más que cadáveres por las calles". Es lo que lamentablemente halló el mariscal Lannes cuando logró por fin tomar Zaragoza en febrero de 1809, terminando con Los Sitios de la ciudad, que fue asediada por la invasión francesa. La fiera resistencia de los zaragozanos acabó venciendo al ejército del país vecino, pero en aquel tiempo el pueblo vivió incontables penurias. Aquella batalla, sumada a una epidemia de tifus que se cebó con los vecinos hasta meses después, se cobró a lo largo de un año la vida de miles de personas, que acabaron siendo enterradas en una fosa común cuya localización no se descubrió hasta mucho tiempo después.

Fue en la arboleda de Macanaz, en la margen izquierda del Ebro, junto al puente de Santiago, donde desde hace dos siglos yacen las miles de víctimas anónimas que sufrieron la Guerra de la Independencia. Y sin ningún reconocimiento ni nada que los recordara hasta este martes, cuando el Ayuntamiento ha inaugurado una escultura que les rinde homenaje, obra del artista Jesús Gazol. Algunos escritores hablan de que hasta 10.000 personas recibieron sepultura bajo este parque de la capital aragonesa. De hecho, durante los últimos días del asedio, solo la epidemia de tifus acabó con la vida de más de 300 personas cada día, y eso sin contar a todos los que morían en combate. 

No fue hasta los años en los que Luis Gómez Laguna era alcalde de la ciudad (1954-1966) que se conoció la existencia de esta fosa, durante unas excavaciones para instalar un colector de saneamiento. El propio regidor remitió entonces un escrito al presidente de la Asociación de Amigos de Los Sitios de Zaragoza en la que le informaba del descubrimiento. "Ya avanzada la obra toparon con una fosa de unos seis a ocho metros de larga por dos largos de altura absolutamente repleta de cadáveres (esqueletos) apilados unos encima de otros sin vestigios de ataúd", detallaba en la carta. Para finalizar, Gómez Laguna explicaba que enviaron algunos de los restos al laboratorio de Medicina Legal, donde confirmaron que eran de la época de Los Sitios. También lo comprobaron, añadía, porque encontraron una pequeña moneda de entonces, que llevaron al depósito municipal. 

Mucho antes, el aguacil zaragozano Faustino Casamayor, que vivió Los Sitios y llevó un diario a modo de crónica, escribía: "La estación de este mes ha sido igualmente benigna que la de los meses anteriores, siendo muy grande la mortandad de tanto número de enfermos, no encontrándose otra cosa que cadáveres por las calles, por cuia causa se mandó bajo graves penas que llevasen a la Puerta del abrasado edificio de la Real Audiencia, y de allí se trasladasen a la salitrería de la arboleda de Macanaz, donde se hizo una zanja muy honda".

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