Sucesos en Zaragoza

La viuda del lugarteniente del Lute responde ante un jurado por el crimen de su marido

La vista empieza este lunes y Carmen Villa, de 62 años, comparte banquillo con una hermana a la que pidió ayuda.

El matrimonio vivía en una casa nueva del barrio de San Roque de Calatayud.
El matrimonio vivía en una casa cueva del barrio de San Roque de Calatayud.
Macipe

El día de Reyes de 2015, Carmen Villa Fernández, de 62 años, se presentó en la comisaría de la Policía Nacional en Calatayud para denunciar la desaparición de su marido, Raimundo Medrano, de 69 años. Puede que a los agentes que la atendieron no les resultara familiar este nombre, pero les hablaba del enemigo público número 2 de la España franquista, solo por detrás de su ‘jefe’, el histórico Eleuterio Sánchez, más conocido como el Lute.

Ocho años después, esta mujer se sentará este lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza como presunta autora del crimen del Quinqui, como también se conocía a su esposo. Y no estará sola, ya que le acompañará su hermana María Isabel, con quien habría contado para ocultar el cadáver y a la que se juzgará como encubridora.

Disparó hasta en dos ocasiones

Los hechos por los que estas dos mujeres habrán de responder durante toda esta semana ante un jurado popular se produjeron el 5 de enero de 2015. El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Aragón llegó a la conclusión de que fue ese día cuando la mujer de Raimundo Medrano decidió quedarse viuda. Para ello, se ayudó de una pistola semiautomática Astra 400, con la que habría disparado hasta en dos ocasiones al fallecido en la cabeza mientras dormía.

La primera vez, según confesó ella misma, apretó el gatillo pero no salió ninguna bala. Se dio cuenta de que el arma estaba descargada, por lo que fue a por munición y repitió la operación. La segunda vez dio muerte al Quinqui.

La presunta asesina intentó desdecirse después, dando una nueva y poco consistente versión de lo ocurrido. Según esta, al volver a casa, encontró a su esposo muerto y decidió ocultar el cadáver en lugar de llamar a la Policía. Pero aquello no convenció a nadie. Y de ahí que ahora la Fiscalía solicite para Carmen Villa 25 años de prisión.

Para su hermana María Isabel propondrá una condena de 10 años. Lo hará convencida de que esta última estaba al corriente de todo y se desplazó desde Guadalajara a Calatayud para ayudar a Carmen a ocultar el cadáver de su cuñado: primero, prendiéndole fuego con gasolina y después, envolviéndolo en bolsas de plástico y ocultándolo en una leñera.

Un hueco excavado en la roca

Como descubriría la Policía después, las hermanas enterraron el cuerpo en un habitáculo interior de la casa cueva en la que residía el matrimonio, en el barrio bilbilitano de San Roque. El agujero había sido excavado en la roca y cubierto después con una capa de yeso. Allí localizaron también el arma de la que salió la bala homicida que le costó la vida.

Durante la primera sesión del juicio está previsto que declaren tanto la viuda del Quinqui como su hermana María Isabel. A lo largo de esta semana, por la Audiencia Provincial desfilarán testigos, policías y forenses.

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