Alrededor de 200 personas han llegado a juntarse esta mañana en el cruce de las calles Mayor, Don Jaime y Espoz y Mina de Zaragoza para asistir a un momento astronómico anual que en ese punto concreto de la ciudad tiene además significado histórico.

Este miércoles, 21 de diciembre, el invierno astronómico llegaba al hemisferio norte, a las 8.36. Hace más de 2.000 años, ese mismo momento fue aprovechado por los romanos para celebrar la 'fundatio' de Cesaragusta. Los trazados del sol en momentos concretos eran aprovechados por los romanos para marcar algunas calles importantes, como es el caso del Cardo Máximo (en la Zaragoza actual, la calle Don Jaime) y el Decumano Máximo, que hoy en día son tres vías: Mayor, Espoz y Mina y Manifestación. Alrededor de ellas se desarrollaba casi toda la actividad pública e institucional de la ciudad.

De esta manera, cada 21 de diciembre, el sol se levanta en Zaragoza coincidiendo con el fondo de la calle Mayor. Encajonado entre sus edificios, los primeros rayos del día coinciden con la propia calzada, en un espectáculo único que en 2022, una vez más, ha estropeado la niebla.

Las esperanzas se han mantenido hasta el final. De hecho y curiosamente, apenas un cuarto de hora antes de la hora señalada, el día estaba más despejado, pero la niebla se ha ido echando cada vez más, de manera que no se ha visto nada. Decepción entre los curiosos, un grupo heterogéneo en el que había desde gente con cámaras profesionales, parejas y hasta alumnos del cercano instituto Pedro de Luna, que, como el resto, habrán de esperar al año que viene.

Eso sí, este año la decepción se ha visto en parte compensada por la labor del  Museo del Foro, que ha 'mandado' un guía hasta la calle que, in situ, ha explicado a los asistentes la historia de ese singular punto de la ciudad y de la fundación romana de Zaragoza. Después, tras asumir que la niebla había ganado definitivamente al sol, el experto invitó a los asistentes a seguirle hasta el Museo del Foro, donde siguió la charla, que se remojó con un poco de café y unas pastas en homenaje al solsticio gentileza de la cafetería Dídola.

Para los muy interesados decir que el fenómeno, si la  niebla lo permite, seguirá pudiendo apreciarse unos días más, si bien no en la magnitud propia del 21 de diciembre.

Fue precisamente la dueña de este establecimiento quien, de la mano de uno de sus clientes, viralizó a través de las redes sociales esta cita que cada vez cuenta con más adeptos. Fue en 2020, único año desde entonces que el solsticio se vio nítida y espectacularmente.