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El TSJA ratifica la pena de 10 años de cárcel para un profesor por abusos en Zaragoza

La condena se mantiene igual que la que dictó la Audiencia, que aplicó el castigo máximo de acuerdo con los hechos de este caso

Fachada de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.
Fachada de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.
Guillermo Mestre

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha confirmado la condena a 10 años de prisión para Carlos T., profesor del colegio Salesianos de Zaragoza, como autor de un delito continuado de abusos sexuales a una alumna cometidos cuando tenía entre 13 y 14 años. Los magistrados mantienen el fallo en todos sus términos, incluida la responsabilidad civil del centro escolar, que abonó los 5.000 euros fijados por la Audiencia Provincial. 

En la sentencia no se hace mención a revisar la pena con la nueva Ley de garantía de la libertad sexual, conocida como ley del 'solo sí es sí',  ya que en este caso, al tener dos agravantes (delito continuado y abuso de superioridad) y un atenuante (reparación del daño), se aplicó la máxima y se mantiene.

La Sala de lo Civil y Penal acepta como hechos probados los que declaró la Sección Primera de la Audiencia y que exponían que el profesor, de 41 años, comenzó a estrechar su relación con la menor cuando esta tenía 13, ya que necesitaba apoyo porque se sentía deprimida y él quería que fuera ganando confianza. Las conversaciones eran frecuentes en el recreo y la chica llegó a enamorarse del docente.

Durante ese curso y el siguiente, tuvieron sucesivos encuentros en los que se produjeron los abusos. El tribunal declara probado que él le escribía cartas de amor, se hacían fotos y le hablaba incluso de vivir con ella cuando se divorciara, haciéndole creer que tenían un futuro juntos.

Un día de 2019 los padres de la menor, preocupados por su comportamiento, leyeron su diario y de esta forma averiguaron la relación con el profesor de plástica y de física y química que, además, era su tutor. Los progenitores lo denunciaron y la Policía detuvo al docente. Además, se incautaron de notas en su domicilio que avalaban los hechos, tal y como luego declaró el tribunal.

La estrecha relación entre profesor y alumna era conocida por la junta directiva del colegio, que incluso pidió explicaciones al adulto y le recomendó que fuera más «prudente» y «marcara distancias» con la menor. Pero la dirección no lo comunicó nunca a los padres, algo que estos reprocharon después, ya que podrían haber tomado medidas o incluso poder evitado los abusos, como señalaron sus abogados Alberto Cervera y Óscar Frontiñan

La sentencia fue recurrida ante el TSJA alegando, entre otras cuestiones, que no había, fuera del testimonio de la víctima, ninguna «prueba directa de los hechos» ni «corroboración objetiva externa» que pudiera justificar la existencia de los hechos. Argumentó que la menor fue «engañada» por su madre para interponer la denuncia y declarar ante la Policía y, por lo tanto, en su opinión, no fue todo lo espontánea que podía haber sido. Alegó que la chica tenía una personalidad narcisista y egocéntrica y que no había pruebas de los abusos sexuales.

El TSJA rechaza su argumentación diciendo que la menor ha declarado dos veces y que es cierto que la primera, ante la Policía, fue con su madre «sin saber a lo que iba», ya que en caso contrario se hubiera negado porque estaba enamorada del profesor y no quería hacerle «ningún daño». Para el tribunal esta afirmación lejos de restar credibilidad a la misma, la refuerza. Por otro lado, durante el juicio declaró con «serenidad» y «firmeza» y desgranó los detalles de la relación sin ambigüedad ni contradicción. La sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.

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