feria del pilar

La novillada de Boyano no se cubre por las orejas

Víctor Hernández triunfa; Martínez pone el toreo; y Poley da una meritoria vuelta al ruedo tras ser herido

Si nos dicen que la novillada de este lunes es la sin caballos de la semana pasada, nos lo creemos. Después, por desgracia, ya no. A lo de Hermanos Boyano le sentó mal el tercio de varas. Cómo no… Lo raro hubiera sido que esos animales, tan escasos de carnes, ofrecieran pelea.

El triunfo de Víctor Hernández, el buen gusto de Jorge Martínez o el impulso del aragonés Javier Poley no tapan el fiasco generalizado. Cuando el verbo no es poder, sino cuidar, el toreo pierde todo el sentido. Y en esas transcurrió la tarde, con borreguitos por los suelos.

Inadmisible lo del cuarto. Sin remate. Sin cara. Las orejas abultaban más que los pitones. Pañuelo verde al novillo y al veedor de la empresa. Tres sobreros van ya, y todavía queda demasiada feria…

En su lugar saltó uno de Sánchez Herrero que, aun blandeando, mejoró al resto. El torete metía bien la cara, lo quería todo por abajo sin tirones. Y vaya si se los dio Víctor Hernández, tan capaz como tosco en el embarque de la mayor parte de las embestidas.

El ganador del Zapato de Oro -y triunfador en Madrid- propuso lo mejor al natural. Luego, hacia los terrenos del 3, siempre escupió al animal hacia afuera. Uno. Y otro. Y otro. Daba igual por dónde lo llevase. Se jaleaba todo. Hasta sonó la banda, antes de que su oponente se aburriera y se rajara. Bien la presidenta frenando la segunda oreja.

Antes, Hernández había cobrado otra -excesiva- por una faena de oficio. El primero de Hermanos Boyano apenas se sostuvo y él jamás le exigió. Desde el trasteo inicial hasta los adornos finales, todo fluyó en la media altura. Más cantidad que contenido. Todo lo contrario que su compañero Jorge Martínez.

El murciano está para verlo con otra cosa. Venía de crujir Las Ventas por naturales, y en la suavidad de la muñeca izquierda basó este lunes su faena al segundo. Siempre erguido, natural, con armonía. Lo hace todo despacito. Lástima de espada. Y de animales…

Porque el quinto también perdió las manos en la primera tanda de derechazos. Así, más que emocionarte, te encabronas. Hasta el chaval, tan frío como buen torero, marchó enrabietado. Sabía que la vuelta al ruedo –tras otra estocada caída– reconocía las maneras más que los méritos.

La voluntad de Poley

Y con otra vuelta al ruedo se saldó la tarde de Poley. A su primer novillo le faltó humillación, protestaba al final de cada muletazo, y el utebano tampoco hizo por enseñarle a embestir. No le pudo. No lo llevó sometido. Toreó al hilo del pitón, algo acelerado hasta entrar a matar y sufrir una fea cornada en el muslo.

Después, aun herido, salió más despejado. Más suelto desde el inicio de rodillas, levantando a los paisanos, hasta la continuación en los medios con cuatro series templaditas. Bien su apoderado, El Molinero, midiéndole la faena. Bien el chaval tirándose a matar con todo a pesar de que cayera tendida. Y bien de nuevo Carolina Chaves al aguantar la petición de oreja después de que el novillo tardara en echarse e hicieran falta tres intentos con el descabello.

Ficha

Plaza de toros de Zaragoza. Quinto festejo del abono de la Feria del Pilar. Un tercio de entrada en los tendidos. Sonó el himno de España antes de que rompiera el paseíllo y, después, el público sacó a saludar a los tres novilleros.

Víctor Hernández: estocada (oreja); estocada delantera contraria (oreja tras petición de la segunda y aviso).

Jorge Martínez: estocada corta atravesada y dos descabellos (gran ovación tras aviso); estocada caída (vuelta al ruedo).

Javier Poley: pinchazo, estocada contraria y descabello (ovación tras aviso); estocada muy tendida y tres descabellos (vuelta al ruedo tras petición de oreja y aviso).

Al término del festejo, fue intervenido por el doctor Val-Carreres por una cornada en el muslo de tres trayectorias –una ascendente de 10 centímetros que desgarra las fibras del vasto interno, otra de 5 que dislacera las fibras del cuádriceps y otra que llega al cóndilo del fémur–, con pronóstico «grave».

Entre las cuadrillas, saludaron Iván García, Luis Cebadera y Marcos Prieto.

Presidió Carolina Chaves: Bien. Concedió una oreja barata a Hernández pero aguantó bien otras dos peticiones.

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