Tribunales
La Fiscalía pide 47 años de cárcel por una temeraria fuga entre Bujaraloz y Lérida
Los cuatro huidos arrojaron maletas y otros objetos a las patrullas de la Guardia Civil que les siguieron hasta un control en el que arrollaron a dos Mossos d’Esquadra.
Cuatro chilenos en situación irregular en España se sentarán próximamente en el banquillo de los acusados por la temeraria fuga que protagonizaron el pasado 11 de febrero entre la localidad zaragozana de Bujaraloz y el límite entre las provincias de Huesca y Lérida, donde arrollaron un vehículo de los Mossos d’Esquadra que trataba de darles el alto y causaron lesiones a dos agentes. La banda había desvalijado ese día dos vehículos en sendas áreas de descanso de carretera. Y al percatarse de que la Guardia Civil les seguía los pasos, los ladrones pisaron el acelerador e intentaron una desesperada, larga y peligrosa fuga que acabaría llevándolos a prisión y que ahora puede costarles condenas que suman casi 50 años.
Concluida la instrucción de la causa, como recuerda ahora la Fiscalía en su escrito de acusación, durante los 40 kilómetros que duró aquella persecución se produjeron situaciones de auténtico peligro para "la vida y la integridad física de los propios agentes y del resto de usuarios de la vía". En su ánimo por quitarse de encima a las patrullas de la Benemérita, los delincuentes no dudaron en arrojarles por las ventanillas maletas y otros enseres previamente robados. Afortunadamente, los agentes lograron sortearlas y no hubo que lamentar accidentes.
La primera carretera que tomaron los chilenos fue la N-211 en dirección hacia la localidad oscense de Torrente de Cinca, por la que condujeron a gran velocidad invadiendo alternativamente ambos carriles de circulación. Según el atestado que elaboró la Guardia Civil, por los arcenes de dicha vía caminaban varios peatones que tuvieron que apartarse de forma súbita para evitar un seguro atropello. Aquello no alteró los planes de los fugados, que continuaron la marcha hasta acceder a la A-2 en sentido Barcelona, para después incorporarse a la AP-2 a la altura del peaje de Soses.
La temeraria conducción de los delincuentes y el temor a que pudieran provocar un grave accidente llevó a la Guardia Civil de Tráfico a solicitar la colaboración de los Mossos d’Esquadra, que montaron un control junto al peaje de Lérida para darles el alto. Pero de poco sirvieron las indicaciones de los agentes de la policía autonómica catalana, ya que el vehículo Kia Carens de los huidos hizo caso omiso y embistió a uno de los coches patrulla que había cruzados en la carretera. Los chilenos acabaron detenidos, pero como consecuencia del golpe resultaron lesionados dos mossos.
Ni siquiera tenía carné
Como se supo tras los arrestos, el conductor del coche fugado, Miguel Ángel A. S., de 49 años, ni siquiera tenía permiso para circular, hecho por el que había sido condenado apenas tres meses antes en Gerona. La Fiscalía lo acusa ahora por cuatro delitos, entre ellos, el de conducción temeraria agravado y el de atentado contra la autoridad. Y se enfrenta a una condena de 13 años y medio de prisión.
Para sus compañeros de fechorías, Claudio Andrés R. B. y Giovanni Andrés F. G., ambos de 37 años, y para Juan Ignacio F. P., de 30, el Ministerio Fiscal propone también penas importantes. Porque aunque era su compatriota Miguel Ángel A. S. quien iba a los mandos del turismo, también se les imputan los delitos de conducción temeraria y atentado en calidad de cooperadores necesarios. Razón por la que cada uno se enfrenta a 11 años de cárcel.
Varios de los investigados arrastraban ya condenas firmes por hurtos e incluso por robo con violencia en casa habitada. Penas que se habían suspendido y que ahora, en caso de condena, habrán de cumplir también.
