PP-Cs prevé un agujero de 38 millones este año por la subida de la luz y el combustible

El Consistorio prepara una nueva modificación presupuestaria a corto plazo y otra, para septiembre. La concejala de Hacienda avanza que habrá gastos que no se podrán ejecutar para pagar facturas

En el primer trimestre, la factura de la luz del Ayuntamiento ha ascendido a 33 millones.
En el primer trimestre, la factura de la luz del Ayuntamiento ha ascendido a 33 millones.
Francisco Jiménez

El Ayuntamiento de Zaragoza prevé cerrar 2022 con un agujero de 38 millones de euros por la subida del precio de la luz y el combustible. El Consistorio tenía 23 millones presupuestados para todo el ejercicio, pero en estos seis primeros meses ya ha gastado 33 a pesar de las medidas de contención aprobadas. Como consecuencia, el área de Hacienda tendrá que impulsar nuevas modificaciones presupuestarias –una más cercana y otra a partir de septiembre–, que podrían terminar afectando a las inversiones.

Ni siquiera las medidas adoptadas –que en meses como abril supusieron un ahorro de un millón de euros–, han sido suficientes para parar el golpe. Hasta junio, el déficit se situaba en unos 10 millones de euros, mientras que, de cara a final de año, la previsión es gastar 28 más. El Consistorio ya tuvo que hacer modificaciones por valor de 12 millones de euros para cuadrar las cuentas, y aunque no aclara cuántos más se tendrán que mover a corto y medio plazo, la propia concejala de Hacienda, María Navarro, advirtió esta semana en la comisión del área de que «hay gastos que no se van a poder ejecutar, no por falta de voluntad de este Gobierno, sino porque hay que pagar la factura de la luz».

Las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania –que han disparado también las solicitudes de ayudas de urgente necesidad–, han hecho que los recibos del Consistorio hayan alcanzado unas cifras desorbitadas.

Se trata de un problema que no afecta únicamente al consumo eléctrico, sino que se extiende al gas y al gasóleo, con gastos que irán a más conforme se acerque el invierno, se reduzcan las horas de luz y sea necesario poner en marcha la calefacción. Todo esto hará que el Ayuntamiento tenga que destinar más del doble de lo previsto para afrontar el sobrecoste, que podría agravarse en caso de que la escalada de precios continúe ante el incierto escenario internacional.

Prueba de ello es que en abril, apenas dos meses después de que estallase el conflicto, se esperaba cerrar el año con un gasto de 55 millones –unos 29 más que en 2021–, mientras que en la actualidad se habla ya de 61.

Ya entonces, el Consistorio tuvo que echar mano de 7,1 millones procedentes del fondo extraordinario creado a finales de marzo con cargo al remanente de 2021 para hacer frente a estos sobrecostes. Además, en el pleno de mayo se aprobó una segunda modificación «para suplementar 5,25 millones para energía eléctrica y otro medio millón para gas», según precisaron desde Hacienda.

Las dimensiones del problema

Desde PP-Cs recuerdan que la decisión de comprar la energía en el mercado en vez de a precio fijo fue de la anterior corporación, una iniciativa que se ha visto lastrada por la altísima inflación.

Para hacerse una idea del agujero basta decir que estos 38 millones son 13 más que los que la DGA debe al Ayuntamiento por la deuda del tranvía. No será, además, el único ‘roto’ que tenga que afrontar PP-Cs este 2022, ya que el transporte público sigue sin reponerse de la pérdida de usuarios ocasionada por la pandemia, con unos usos que están aún un 20% por debajo de las cifras de 2019.

La propia concejala de Hacienda advirtió en comisión de que este año, el Consistorio va a tener «muchas más deudas que dinero para pagar». «Es probable que parte de la inversión la tengamos que destinar al pago de la energía. Es una desgracia, pero es así», admitió ante el resto de grupos.

En los últimos meses han sido varias las medidas adoptadas para mitigar los efectos de la subida de la luz. Se ha actuado en 284 edificios municipales, poniendo el aire acondicionado a 26 grados en vez de a 25 (en invierno se hizo ya con la calefacción, que se mantuvo, por norma general, en 22 grados en lugar de 23). Se ordenó, además, el cierre de puertas y ventanas fuera del horario laboral y la desconexión de todos aquellos equipos eléctricos que no resulten imprescindibles.

También se redujo el tiempo de alumbrado público. En concreto, se retrasó el encendido y se adelantó un cuarto de hora el apagado, una decisión por la que volverá a apostar este próximo mes para incentivar el ahorro. Por ahora, el Consistorio descarta tomar nuevas medidas, pero mantendrá las ya existentes, según confirmaron desde el área de Urbanismo.

El Ayuntamiento seguirá haciendo estudios y proyecciones adaptadas a la variación de los precios. No obstante, un posible corte del gas por parte de Rusia dinamitaría todas las previsiones.

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