economía

Los comerciantes de Zaragoza alertan de la degradación provocada por el continuo cierre de tiendas

Las asociaciones del sector lamentan el mal estado de los locales vacíos y no ven solución a corto plazo. Los altos precios del alquiler y los costes frenan las nuevas aperturas en los barrios

Locales cerrados en Salvador Minguijón con Compromiso de Caspe, en Las Fuentes.
Locales cerrados en Salvador Minguijón con Compromiso de Caspe, en Las Fuentes.
José Miguel Marco

Las asociaciones de comerciantes de Zaragoza admiten "preocupación" por la "degradación" de las principales arterias de la ciudad. La cascada de cierres provocada por la covid-19 y la crisis de costes derivada de la guerra en Ucrania parece haberse cronificado, con locales que llevan meses en venta o en alquiler. Los grafitis y la dejadez de los escaparates amenazan la imagen de los barrios, sin que por el momento se vea una solución a corto plazo. Solo en zonas como el centro empiezan a notar una cierta reactivación, con tímidas reaperturas y traslados, pero en otras como San José o Las Fuentes el goteo de persianas bajadas continúa y podría intensificarse en los próximos años ante la falta de relevo generacional.

En San José, la imagen que ofrecen calles como las de José Pellicer o María Moliner nada tiene que ver con la de hace unos años. Ni siquiera la avenida de San José ha escapado al zarpazo de la covid, con cada vez más establecimientos cerrados. "Muchos se han reconvertido en trasteros. Hasta locales en primera línea se han tapiado completamente para alquilarse de esta otra forma", explicó la presidenta de la Asociación de San José Barrio Comercial, Montse Pérez.

Que en puntos como el paseo Cuéllar se pidan hasta 1.500 euros al mes no ayuda. "El momento actual es bastante más complicado que el que hemos vivido en los últimos dos años con la covid. La verdad es que da pena ver las calles así, y en esta zona muchos nos vamos a jubilar en los próximos siete años", agregó.

En los últimos meses, pocos locales han encontrado nuevo dueño. "Han abierto fruterías, pero tan pronto como aparecen, desaparecen. En la calle de Lapuyade, por ejemplo, llegó a haber 60 negocios, pero ahora se pueden contar con los dedos de una mano. El problema es gordo", dijo.

Las sensaciones son similares en Las Fuentes. "Local que cierra, local que no vuelve abrir", resumió Aurora Sánchez, presidenta de la Asociación de Comerciantes de este barrio. "No se ve recuperación. Compromiso de Caspe tiene un montón de tiendas cerradas, y Salvador Minguijón es un desastre en comparación con lo que era. A todo esto hay que sumar la dejadez de los locales, con todo lo que ello conlleva", manifestó.

En la avenida de Madrid, en Las Delicias, ha habido quien ha aprovechado la crisis de costes para jubilarse, circunstancia que ha acentuado un principio de año ya de por sí duro que ha estado marcado por la subida de los alquileres, los gastos corrientes y las mercancías, según detalló Sergio Bretos, presidente del sector en esta arteria comercial.

La calle de Alfonso I tampoco escapa a este fenómeno, con persianas llenas de grafitis, escaparates tapados y carteles de 'se alquila' a uno y otro lado, especialmente en el tramo más cercano a la plaza del Pilar. En los últimos años se ha mejorado en cuanto a mobiliario, pero hay establecimientos que siguen sin salir del letargo. Se trata de un problema que también afecta a zonas como San Ignacio de Loyola o Francisco Vitoria.

Begoña Abad, presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro, conoce al menos una docena de tiendas pequeñas que han cerrado en el último trimestre. Los problemas han afectado, principalmente, a quienes no pudieron renegociar el alquiler durante la crisis sanitaria. Además, grandes firmas y franquiciados han cambiado el paseo de Las Damas o San Ignacio de Loyola por Independencia y sus calles adyacentes. La principal esperanza ahora está puesta en la reactivación, clave de cara a que puedan emprenderse nuevos negocios.

Más ilusión, pero sin llegar a las ventas de 2019

Quienes no han cedido a la crisis aseguran percibir "más ilusión" entre los clientes, aunque sin llegar todavía a los niveles de facturación previos a la pandemia. Levantarse no está siendo fácil, ya que cuando la covid parecía remitir ha estallado la subida de costes. Muchos confían en que las rebajas y la proximidad de las Fiestas del Pilar ayuden a incrementar las ventas y a paliar la subida de la luz y los alquileres tras un primer semestre "flojo".

Es el caso de Isabel Bellostas, portavoz de los comerciantes de la calle de Alfonso I y su entorno. Aunque reconoce el problema existente por los locales vacíos, subraya que "lo importante es que no se ha perdido el flujo de visitantes". "La gente se mueve ahora con más ilusión. Hemos vivido meses de silencio y restricciones que no invitaban a entrar en las tiendas. Ha sido muy preocupante", comentó.

En las próximas semanas está prevista la apertura de una marca de colchones y sofás que se unirá a un negocio de bisutería que ha levantado recientemente la persiana y a otro de chucherías que acaba de estrenarse en el local que antes ocupaba Rituals.

A nivel de ventas, la situación "empieza a tener otra cara", aunque "tampoco es para echar cohetes". Lo confirman en zonas como la avenida de Madrid o en barrios como Las Fuentes, donde la temporada de bodas y comuniones y la nueva edición del Volveremos han animado la facturación de las tiendas de moda.

Lo mismo ocurre en el centro. "La gente está apostando por renovar sus armarios y dejar a un lado el chándal y el pijama. No estamos al 100%, pero si las pérdidas eran antes del 70%, ahora nos movemos entre el 20% y el 30%", sintetizó la presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro, Begoña Abad.

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