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Condenado por lesionar a dos policías durante una inspección de obras en un piso de Tarazona

Uno de los agentes recibió una patada que le rompió el ligamento interno de la rodilla y necesitó 180 días para curarse

El vecino de Tarazona ha sido condenado por agredir a dos policías municipales de la localidad.
El vecino de Tarazona ha sido condenado por agredir a dos policías municipales de la localidad.
Nora Bermejo/Heraldo

La agresiva reacción de un vecino de Tarazona que se vio descubierto haciendo obras sin licencia en su casa y tirando los escombros a la calle le va a costar un año de cárcel, el pago de 2.160 euros en multas, 14.000 en indemnizaciones y las costas del proceso, incluidas las de la acusación particular. 

El Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza ha condenado a Francisco Javier S. D. por un delito de atentado y otros dos de lesiones (unas graves y otras, leves) de los que fueron víctimas dos agentes de la Policía Local de la capital turiasonense. A uno le causó una erosión en un hombro y una contractura, pero a su compañero le rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda de una patada. El agente tuvo que ser operado y tardó 180 días en curar.

Los hechos ocurrieron en la tarde del 17 de diciembre de 2019. Los policías acudieron al domicilio del acusado alertados por una vecina que los llamó para contar que había visto cómo tiraban escombros en un contenedor de basura orgánica de una plaza de la ciudad. Los agentes comprobaron las obras y pidieron la documentación a las personas que estaban en el piso. Entre ellas se encontraba el acusado, quien primero les dejó entrar, pero pronto cambió de opinión, se encaró con uno de ellos y, haciendo ademanes de intentar agredirles con alguna herramienta, les pidió que se marcharan.

El juez declara probado que Francisco Javier S. D., pese a los intentos de los funcionarios de que se tranquilizara, les gritó: "Iros de mi puta casa". De esta forma consiguió que los dos policías locales salieran del domicilio, aunque bajó tras ellos con sus tres hermanos, alguno menor de edad.

Ya en la calle, se dirigió a uno de los policías con expresiones tales como: "Sé quién eres y esto no va a quedar así, te voy a pillar en otro momento que no lleves uniforme, te vas a enterar". La tensión aumentó y, en un momento dado, el acusado le gritó a escasos centímetros de su cara al tiempo que le daba un empujón en el pecho que le hizo trastabillar. Acto seguido, entró en el portal de su edificio, pero el agente fue tras él, lo agarró, forcejearon y cayeron ambos de espaldas al suelo. En esta tesitura, el otro funcionario se acercó para ayudar a su compañero y en ese momento Francisco Javier S. D. le lanzó una patada en la rodilla izquierda que lo derribó al suelo.

La sentencia recoge que, una vez detenido y mientras lo conducían a las dependencias policiales, el acusado continuó amedrentando al policía con frases como: "Esto no va a quedar así, hago boxeo, si nos vemos en un ring no me duras nada; el jefe de Policía es amigo mío y nada de esto va a llegar a ningún lugar, en cuanto salga voy a hablar con él".

El juez da total credibilidad al testimonio de los agentes y aunque durante el juicio el encausado dio una versión exculpatoria, las "contradicciones" e "inconcreciones" que el magistrado encontró en los testigos –entre ellas las de sus propios hermanos– le llevan a condenar al acusado por atentado y lesiones, como solicitaba la acusación particular, a cargo del letrado Enrique Esteban Pendás, y la Fiscalía. La sentencia puede ser recurrida. 

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