Un paraíso skater en el polígono industrial de Cogullada

En la nave que ocupa ‘El Nido Skate House’ se dan clases de monopatín, se organizan colonias y se fabrican unas 8.000 tablas al año que acaban volando por toda Europa.

El Nido Skate House se ubica en las naves del mismo nombre del polígono de Cogullada.
El Nido Skate House se ubica en las naves del mismo nombre del polígono de Cogullada.
Toni Galán

En un rincón del polígono de Cogullada, entre talleres mecánicos y empresas metalúrgicas, una nave industrial acoge una actividad bastante diferente a lo que se espera de un lugar como este. Aquí se impone el sonido de los ejes y de las tablas de skate golpeando contra las rampas de ‘El Nido Skate House’. Se trata de un local en el que se fabrican monopatines que luego vuelan por medio mundo, en el que se dan cursillos para chavales (y no tan chavales) y en el que se organizan actividades de todo tipo, siempre vinculadas al mundo del monopatín.

El skatepark cubierto más grande de Aragón es el sueño de varias personas vinculadas al mundo del monopatín en Zaragoza: las empresas Imagine Skateboards y Not Skateshop y Sergio Lucea, skater zaragozano conocido internacionalmente con más de 650.000 seguidores en Youtube. En Cogullada encontraron el pasado mes de diciembre su espacio ideal. “Llevábamos un par de años buscando una nave aquí, porque necesitábamos crecer, pero no nos podemos ir a cualquier lado”, señala Nacho Romanos, uno de los cerebros de este proyecto. “El sitio es perfecto para lo que buscamos”, cuenta Lucea.

“Hay que tener en cuenta que el skate hace mucho ruido, por lo que no te puedes poner en cualquier local de la ciudad”, apunta Romanos. Por eso, Cogullada -es un polígono industrial, pero está muy integrado en la margen izquierda- era una gran opción. Atrás quedan los tiempos en los que los echaban de las sedes que fueron abriendo por el ruido que generaban. “En Aragón no hay ningún skatepark cubierto de estas dimensiones, es más normal encontrarlos en Madrid, en Barcelona o en el norte, que llueve mucho”, señala.

El diseño ha corrido de su parte. Una rampa “vino regalada de Huesca”, pero el resto las ha construido con sus propias manos. “Yo llevo haciendo rampas toda la vida. La primera fue en una casa okupada en Sagasta, luego en el Matadero hicimos otra… En Zaragoza siempre ha habido cositas, pero nada como esto”, apunta Romanos.

El Nido Skate House se ubica en las naves del mismo nombre del polígono de Cogullada.
Sergio Lucea, en una de las rampas.
Toni Galán

En el skatepark aprovechan para ensayar sus trucos y dan clases a los más de 60 alumnos que tiene la escuela, desde los 6 hasta los 45 años. También organizan campus de verano, de Semana Santa y de Navidad. En la parte trasera de la nave se encuentra el taller en el que se crean los monopatines. Las tablas de madera llegan de China -“les han ganado la partida a los americanos”, apuntan-, y en ‘El Nido Skate House’ se dedican a estampar los gráficos y a ensamblar el resto de piezas, principalmente los ejes y las ruedas. El dibujo de la tabla es crucial, ya que marca la personalidad del patín y de su dueño. En Imagine Skateboards trabajan con diseñadores de Zaragoza, pero también de Barcelona, Extremadura… Al final, acaban en tiendas de media Europa: Reino Unido, Alemania, Francia, Países Bajos, Grecia… Sergio Lucea también fabrica allí sus propios monopatines a través de su marca particular, Serlua. Entre unos y otros, este año esperan ensamblar entre 7.000 y 8.000 tablas.

Aunque la actividad en Cogullada en torno al skate es frenética, el resto de la ciudad no va al mismo ritmo. “Esto no es Madrid o Barcelona, la escena es muy pobre. Ya me gustaría que hubiese 4.000 personas más, porque ahora igual hay 200 o 300 que hacen skate de verdad en la ciudad”, señala Sergio Lucea. Romanos lamenta que “no hay voluntad política” para fomentar y favorecer esta actividad.

El Nido Skate House se ubica en las naves del mismo nombre del polígono de Cogullada.
Nacho Romanos (sentado) y Sergio Lucea, en El Nido Skate House.
Toni Galán

El epicentro de los aficionados es el skatepark de Vía Hispanidad, que se construyó a principios de este siglo “con un estilo que ya se estaba quitando en otros lugares”, recuerda Romanos. Después de mucho luchar, en 2017 se hizo una remodelación que se quedó a medias. “Hay una segunda fase diseñada, pero se paralizó en el Ayuntamiento”, denuncia este aficionado de toda la vida. Lo último fue la amenaza de destrucción de este espacio para construir pisos, aunque recientemente se aprobó una moción en el Consistorio para que el skatepark no se tocara.

Además, cree necesario “otro skatepark” en una ciudad “tan grande como Zaragoza”. “Los viernes por la tarde y los sábados, la gente que tiene nivel no va a patinar a Vía Hispanidad, porque hay tantos niños que no se puede”, denuncia. “Hay momentos que se pone a reventar, con más de 100 personas, cuando en otros potreros de la ciudad van tres en todo el año”, señala Romanos.

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