zaragoza

Los bomberos intervienen por una caída de cascotes en la basílica del Pilar

En principio, el templo no ha sufrido ningún daño pero este martes se inspeccionará «en profundidad» por si fuera necesaria alguna actuación

La caída de varios cascotes de la basílica del Pilar, que no causó heridos, obligó este lunes a los Bomberos de Zaragoza a intervenir en el emblemático templo. La afección se produjo en la torre de Santa Leonor, ubicada en la confluencia de la calle de Milagro de Calanda con el paseo de Echegaray y Caballero, y al parecer, según informaron desde el Ayuntamiento, podría haberse debido a la dilatación de los materiales a causa de las altas temperaturas que está soportando estos días la capital aragonesa. En principio no se produjeron daños graves, aunque este martes se volverá a hacer una inspección técnica en profundidad por si fuera necesario acometer alguna intervención.

La torre afectada es la que se encuentra más cerca de la Casa Consistorial. Precisamente, fue la vicealcaldesa, Sara Fernández, quien poco antes de las 16.00 dio la voz de alarma al Cuerpo de Bomberos, tras ser alertada por una ciudadana que había visto cómo caían los cascotes. La Policía Local se encargó de acordonar la zona, mientras que los bomberos, valiéndose de una autoescala automática de 30 metros, comprobaron que la parte de la torre de donde se habían desprendido los materiales estaba en buen estado.

Con todo, los cascotes que acabaron en el suelo no eran de gran tamaño y, según informaron fuentes municipales, pertenecían al revoco o revestimiento exterior de hormigón ligero que se utiliza para tapar las juntas de uno de los salientes de la torre. Tras reforzar la parte afectada y asegurarse de que no había posibilidad de que se produjese otro desprendimiento, tareas que se prolongaron durante aproximadamente una hora, los bomberos se retiraron del lugar y se restableció el tránsito peatonal.

Se terminó en 1961

La basílica del Pilar, Bien de Interés Cultural (BIC) y todo un icono religioso e histórico de la ciudad, terminó de construirse en 1718. No obstante, la torre de Santa Leonor no comenzó a levantarse hasta 1949 y estuvo lista finalmente en 1961, igual que la otra torre que da a la ribera del Ebro, la de San Francisco. En principio, como aseguraron las mismas fuentes, el templo no ha sufrido ningún daño "estructural o determinante", pero aún así será necesario cerciorarse de que se encuentra en perfecto estado.

Para ello, como informó ayer la vicealcaldesa, Sara Fernández, los bomberos volverán a acudir este martes para llevar a cabo una inspección "en mayor profundidad" y determinar así si es necesario acometer alguna otra actuación, bien sea una restauración o nuevas tareas de seguridad que eviten otra caída de materiales con el paso del tiempo. Se tratará de que acudan también técnicos de Urbanismo e, igualmente, ya desde este lunes se está en contacto con el Cabildo.

En 2017 ocurrió un suceso similar en la torre de la Seo que, en esta ocasión, sí que obligó a acometer obras posteriores y mantuvo la zona acordonada durante varios días. Entonces, los bomberos tuvieron que descolgarse desde el campanario porque el desprendimiento se produjo a unos 40 o 50 metros de altura y fue necesario acometer trabajos de reparación porque se encontraron varios elementos deteriorados.

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