movilidad

Las luces verdes de los taxis se mueven menos por Zaragoza

Con la subida de los precios de los combustibles, muchos profesionales han reducido o anulado sus paseos en vacío a la busca de clientes.

Un taxi busca hueco en la parada del paseo de la Independencia.
Un taxi busca hueco en la parada del paseo de la Independencia.
Oliver Duch

Las luces verdes de los taxis se mueven menos estos días por Zaragoza. Ante la imparable subida de precio de los combustibles, muchos de estos profesionales están dosificando sus paseos en vacío por la ciudad a la busca de clientela, y han pasado a ocupar lo máximo posible el espacio de las paradas. El objetivo es reducir el número de kilómetros diarios, a ser posible sin reducir demasiado su facturación.

“Ahora casi es más rentable quedarte en las paradas. La gente está aprovechando para buscar clientes a la salida de las oficinas y de los colegios, por la tarde-noche… pero en general se está más en las paradas”, señala Miguel Ángel Perdiguero, presidente interino de Autotaxi Zaragoza. Sergio Artal, presidente de la Cooperativa de Taxis de la capital aragonesa, señala que esta subida “perjudica de forma directa al sector”, porque el combustible es “el gasto más importante que tenemos”.

Los incrementos han afectado a todos los modelos, tanto los híbridos que se alimentan en parte de gasolina, como a los eléctricos y a los que usan el gas. Los profesionales calculan que solo desde que empezó la guerra, han subido en torno a un 40% los costes de combustible de tanto de los híbridos como de los GLP (gas licuado de petróleo). En el caso de los que usan GNC (gas natural comprimido), los gastos se han podido triplicar. De estos apenas hay cuatro en Zaragoza, y uno de los propietarios ha decidido quitárselo ante el incremento del coste. “Es inviable trabajar con este tipo de coches ahora mismo”, apunta Perdiguero.

Esta realidad, no obstante, se puede extender al conjunto de la flota. “A corto plazo, esto es insostenible”, señala el presidente de Autotaxi. En su caso, él tiene un vehículo GLP, cuyo depósito aguanta algo más de 200 kilómetros, por lo que lo tiene que llenar a diario. Hace menos de un mes lo llenaba por alrededor de 21 euros, y ahora le cuesta unos 26. Los que usan gasoil han podido pasar “de 300 euros al mes a 500 y pico”, calcula Perdiguero.

Como apunta, al final “es mucho dinero” que tiene que asumir el taxista, sin que pueda repercutir en el cliente, ya que las tarifas no suben. No obstante, Perdiguero anuncia que se va a encargar un estudio a un economista “para que diga cuál es la realidad del taxi”. El objetivo es presentarlo en el Ayuntamiento de Zaragoza y que, de cara ya al próximo año, se pueda aprobar una subida de los precios. “En las tarifas de 2023 se tendrá que repercutir lo que estamos sufriendo ahora”, apunta. Este año ya subieron un 2,5%, un incremento que se justificó por la subida de los carburantes, que entonces era muy leve si se compara con la actual escalada de precios. La tarifa 1 pasó de 0,84 a 0,86 euros por kilómetro, mientras que la tarifa 2 subió de los 1,20 a los 1,23 euros.

Mientras tanto, los taxistas tendrán que seguir buscándose la vida para ahorrar combustible sin perder facturación. No obstante, la solución de pasar más rato en las paradas no es la panacea, sobre todo porque en Zaragoza hay unas 200 plazas en estos espacios, cuando hay más de 1.700 taxis. Las más demandadas suelen ser las de la estación intermodal de Delicias, las de los hospitales y las del centro comercial Grancasa. Las que quedan más alejadas del centro o de los grandes polos de atracción de personas no tienen una ocupación tan alta, aunque muchos ahora optan por probar suerte también en ellas.

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