El nuevo Plan General de Tarazona queda en suspenso, salvo la ciudad consolidada

El Consejo Provincial de Urbanismo obliga a corregir una retahíla de reparos de legalidad y errores de los que ya advirtió hace dos años al equipo municipal del PP.

Vista de Tarazona.
Vista de Tarazona.
Laura Uranga

El Consejo Provincial de Urbanismo de Zaragoza ha aprobado el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Tarazona, pero la larga retahíla de errores y reparos de legalidad de los que adolece ha obligado a dejar todo el documento en suspenso, salvo parte de la ciudad consolidada. Y lo peor es que la mayor parte de las advertencias legales se recogieron con antelación en un informe emitido por el Consejo Provincial tras la aprobación provisional que hizo el equipo municipal del PP hace dos años.

La resolución, comunicada la semana pasada, tumba de facto el Plan General e impedirá desarrollar tanto el suelo urbano no consolidado como el urbanizable hasta que no subsanen todas las cuestiones detalladas en 53 folios. Esto afecta a los cuatro planes especiales de reforma interior previstos para las antiguas fábricas textil y fosforera y los conventos de Santa Ana y la Concepción, que suman casi 10 hectáreas y la construcción de 423 viviendas.

El Consejo de Urbanismo deja incluso en suspenso parte del suelo urbano consolidado, como los industriales al no considerar adecuada su expansión, el crecimiento del núcleo de Montecierzo y las áreas de planeamiento incorporado. De este modo, solo estaría vigente la nueva ordenación urbanística para el 1% de la superficie del término municipal.

Pese a que su tramitación se alarga desde hace dos décadas, liderada por el actual alcalde, Luis José Arrechea en su etapa como edil de Urbanismo, la Comisión recoge errores en la práctica totalidad del suelo urbano no consolidado y "no encuentra justificado" que se destinen las reservas para equipamientos a espacios libres. En el caso del urbanizable, apunta que los aprovechamientos están mal calculados y se han incluido zonas inundables y barrancos que deben excluirse, entre otras cuestiones.

Igualmente, rechaza de nuevo el intento de legalizar las casetas en suelo agrícola, que se pretendía solventar con la autorización de construcciones de hasta 60 metros. Urbanismo advierte de que numerosas edificaciones ya superan ese límite y que la regulación planteada "puede fomentar nuevas edificaciones que aumenten la problemática".

El alcalde minimizó su impacto y dijo que los técnicos le han trasladado que "solo hay tres cuestiones de enjundia y el resto son correcciones técnicas". Arrechea adelantó que se reunirán en enero con Urbanismo para "intentar encontrar una solución", especialmente para el suelo de la textil, "lo más preocupante" y reconoció la dificultad de legalizar las casetas. 

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