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La imparable expansión de los supermercados de ‘descuentos felices’

Varias enseñas tipo outlet han abierto en Zaragoza en los dos últimos años. Ofrecen alimentos, menaje o ropa a precios muy competitivos.

Dos mujeres observan las ofertas en los lineales de la tienda de Primaprix en paseo de las Damas.
Dos mujeres observan las ofertas en los lineales de la tienda de Primaprix en paseo de las Damas.
Francisco Jiménez

El comercio minorista es un ámbito que, aunque no lo parezca, no deja de reinventarse. Periódicamente surgen nuevos conceptos, centrados en la calidad, el precio o la rotación de los productos, que aprovechan los diferentes reclamos para captar nuevos clientes. El sector, sobre todo en lo que refiere a alimentación, menaje y ropa, está atravesando uno de estos momentos de cambio. Una coyuntura que se traduce en una imparable expansión de las tiendas y supermercados de tamaño medio bajo el modelo de ‘happy discount’, lo que traducido al español nos ofrece ‘descuentos felices’.

Son varias las cadenas de origen centroeuropeo que van ganando presencia en los barrios de todas las ciudades de España: Primaprix, Family Cash o Dealz son outlets que se presentan como alternativa a los supermercados tradicionales. En Aragón, la que domina el segmento es Primaprix, que abrió su primera tienda en enero de 2020, ya cuenta con cinco en distintos barrios de Zaragoza y planea otras dos aperturas, una de ellas en Puerto Venecia.

“Nuestro modelo de negocio es imparable, ha calado muy bien en España”, afirman desde Primaprix. La cadena basa su negocio en la búsqueda de excedentes, liquidaciones de stock o cambios de diseño de envase en distintos puntos de Europa. Después trae los productos al mercado nacional y los vende por debajo del precio habitual. Así consigue que marcas muy conocidas como Barbie, Kellog's o Coca-Cola salgan a la venta al precio de marcas blancas. La enseña es propiedad de un fondo de inversión luxemburgués.

Family Cash, de origen valenciano, es el otro espacio de estas características que se ha instalado en la Comunidad, si bien esta marca abre tiendas de mayor tamaño. La que ostenta en el área de medianas superficies de Plaza Imperial ocupa casi 6.000 metros cuadrados. “Nuestro modelo de tienda está basado en la comercialización de productos de alimentación, tanto perecederos como no perecederos, así como un amplio catálogo de artículos de bazar que abarca desde menaje, jardín, ferretería o electricidad hasta textil, juguetes, papelería o productos para el automóvil. Creemos en una política de precios siempre por debajo de la competencia y desde la primera unidad, por eso no hacemos ofertas puntuales a lo largo del año”, indican desde la compañía.

“Ofrecemos una experiencia de compra sencilla y cómoda, con artículos de gran calidad y diversidad de marcas, pero con precios más que competitivos durante todo el año. Además, todos nuestros establecimientos disponen de plazas de aparcamiento para facilitar las compras”, aseguran.

Pero no solo de pan (asequible) vive el hombre. También el textil, el menaje y otros productos para el hogar tienen su hueco en los ‘happy discount’. En este caso destacan dos enseñas: la holandesa Zeeman, con cinco tiendas en la capital aragonesa, y la alemana Tedi, que cuenta con cuatro establecimientos, en los que hay, literalmente, un poco de todo.

“Nuestras 1.300 tiendas distribuidas por siete países son sencillas. Por ejemplo, no tenemos probadores”, resumen desde Zeeman. La empresa basa su modelo de negocio en la compra directa desde la fábrica, evitando intermediarios, y reduciendo los costes de marketing y el margen de beneficios.

“Estos establecimientos, además de precio, tratan de aportar sorpresa, diversión y placer, es la compra-capricho”

Esa austeridad se resume en muchas de sus prendas. “Son modelos de ropa sencillos, producidos en grandes cantidades y con pocas variaciones. Las tiendas son sencillas y los servicios centrales son reducidos, la mayoría de las tareas las realizamos nosotros mismos”, indican.

Este tipo de establecimientos, “además de precio tratan de aportar sorpresa, diversión y placer, es la compra-capricho”, apunta Pablo de la Rica, gerente del área de ‘retail’ de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC). “Además del atractivo en precio, tienen otro aspecto en común: visitarlos produce placer. En sus lineales se encuentran productos no habituales, lo que resulta atractivo y divertido y hace que se recupere esa parte de descubrimiento que nos producía comprar en tiendas de alimentación hace tres décadas. Esta compra por capricho e impulso se ve acrecentada por tener el reclamo del precio. Este mismo posicionamiento y efecto lo han conseguido otras enseñas como Flying Tiger y Alehop en otras categorías de productos, como es el bazar y regalos”, concluye.

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