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Más de 10.000 ciclistas han denunciado el robo de su bici en Zaragoza en la última década

Desde 2011 se han esclarecido tan solo 665 robos, apenas un 6,6% de las denuncias.

El amarre inadecuado de una bici facilita la labor de los cacos.
El amarre inadecuado de una bici facilita la labor de los cacos.
José Miguel Marco

Dos chicos de 17 y 20 años fueron detenidos el pasado mes de abril después de que la Policía Nacional atase los cabos sueltos de los robos de ocho bicicletas en la misma zona residencial de la capital aragonesa. El ‘golpe’, atribuido a los dos jóvenes y que se prolongó durante casi medio año, llama la atención por el número de velocípedos sustraídos. Pero el efecto de la cifra se diluye si se tiene en cuenta que, solo en la provincia de Zaragoza, los cuerpos policiales registran nada menos que un millar de robos cada año.

Así lo dicen los fríos datos publicados en el boletín del Congreso de los Diputados, en los que los 10.041 robos de la última década colocan a Zaragoza entre las provincias con una mayor incidencia. “Son muchos robos, sí, pero aún hay que sumar unos cuantos más que no se denuncian en comisaría”, afirma Javier Tello, portavoz de la plataforma Zaragoza en Bici. El ciclista lo considera un problema “de magnitud y bastante difícil de solventar” y anima a los usuarios a “tomar todas las precauciones posibles”.

En este sentido, las bicis zaragozanas no siempre cuentan con todos los resguardos posibles. “Toman precauciones las personas que han escarmentado porque ya les han robado. Los que se han librado no perciben tanto ese peligro. Por eso es recomendable utilizar candados buenos, que sean rígidos. Las cadenas de espiral o las pitón se pueden cortar con una cizalla, yo he visto cortar una a plena luz del día en la plaza de Europa”, narra Tello, quien recuerda que “incluso hay quienes han logrado arrancar un aparcabicis para llevarse la bici con candado incluido”.

Por eso, recuerda la necesidad de “enganchar con el candado el cuadro y la rueda delantera, que es más fácil de quitar”, pero también “proteger el sillín con una cadena y no dejar sobre el vehículo luces, ruedas, velocímetros y todo tipo de accesorios”. Y, sobre todo, “procurar, siempre que se pueda, resguardar en casa o en el garaje la bici cuando caiga la noche, no dejarla atada en la calle”.

Las bicicletas y las piezas que son sustraídas acaban en el mercado de segunda mano, ya sea enteras o por partes. Los cacos tratan de colocarlas sobre todo en aplicaciones de compraventa, donde bajan los precios para hacerlas atractivas. Hace unos años también era frecuente que las llevasen a las tiendas de productos usados, aunque la creciente cooperación de estos establecimientos con las autoridades ha hecho que ya solo los ladrones más despistados recurran a ellas. “Muchas bicis llevan el número de bastidor y se puede localizar al dueño”, indican fuentes policiales, que descartan que haya grupos organizados ni que las bicis se vendan en otros países “debido al escaso beneficio que se obtendría”.

Algunos vehículos pasan meses almacenados a la espera de que el legítimo propietario desista de buscarla en los portales especializados -se puede activar una alerta para que te avisen en casa de que se venda un modelo concreto-. Pero lo más habitual es que se intenten vender lo antes posible. Durante la misma década en que se denunciaron 10.041 hurtos se esclarecieron tan solo 665 robos, apenas un 6,6% del total. El porcentaje aún habría sido menor de no existir el Biciregistro, una herramienta de escala nacional que permite asociar cada cuadro con su dueño a través de una ‘matrícula’ indeleble y que queda anotado en el Registro Nacional de Bicicletas, la que Zaragoza lleva adherida desde 2021.

"Sale más barato robar una bici y pagar la multa que comprar una nueva"

El portavoz de Zaragoza en Bici considera que los castigos por el robo de un velocípedo son muy laxos. “En un caso en el que colaboré con la Policía para detener a un ladrón se le acabó imponiendo una pena de cuatro euros al días durante un mes. Eso son 120 euros, es decir, que sale más barato robar una bici y pagar la multa que comprar una nueva”, sentencia.

¿Cómo proteger la bicicleta?

La Guardia Civil recomienda perder unos segundos al anclar la bici para poder fijar tanto las ruedas como el cuadro: “Se deben usar mecanismos distintos para la rueda delantera y la trasera y añadir el cuadro a una o ambas sujeciones. Si solo se dispone de un candado, lo mejor es atar el cuadro y la rueda delantera”.

Además, desde el Instituto Armado instan a “no dejar en la bici los elementos que no estén fijos, como el sillín, las luces o la cesta”, y a “revisar que el soporte esté bien anclado al suelo”. “Además, se debe aparcar siempre en los espacios habilitados para ello, y preferentemente en zonas transitadas, y utilizar preferentemente, los candados integrados (conocidos como pitón) o en forma de U, evitando los de cable”, concluyen.

Menos usos del servicio Bizi

Detrás de las cifras de robos de bicicletas particulares se encuentra, entre otros factores, el auge de estas en detrimento de otras alternativas, como el servicio Bizi. Este, de hecho, registra un 33% menos de usos que hace solo una década, cuando estos vehículos compartidos estaban plenamente asentados tras echar a andar en 2008. El Ayuntamiento se plantea alternativas para el sistema, que "se ha quedado algo obsoleto respecto a las necesidades actuales de los ciclistas", según fuentes municipales.

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