Tribunales

Año y medio de cárcel por facilitar que su hijo vaciase la cuenta de una tía

La condenada, a la que su hermana había confiado su libreta y la contraseña, se las prestó a su vástago.

Mercedes, sentada en el centro frente al tribunal, entre sus dos hijos
Mercedes, sentada en el centro frente al tribunal, entre sus dos hijos
A. M. B.

Facilitar a su hijo la libreta de su hermana y la contraseña que esta le había confiado mientras vivía en el extranjero le supondrá a Mercedes Y. una pena de cárcel de 18 meses por un delito de administración desleal. La mujer, una de las tres personas juzgadas por la Audiencia de Zaragoza por vaciar la cuenta corriente, es la única que ha sido condenada, pese a que su vástago reconoció durante el juicio haber dilapidado los ahorros de su tía, que ascendían a unos 98.500 euros. La cuenta se quedó a cero. El hombre, Iván B., se escudó en unas presuntas adicciones a las drogas y al juego –llegó a darse de alta en el registro de la DGA para ludópatas–, si bien su madre le habría prestado la cartilla motu proprio después de saber de la precaria situación económica que atravesaba y de unas supuestas deudas.

Frente al tribunal, el varón se arrogó la culpabilidad de forma explícita: "Estaba pasando una situación económica mala y mi madre me dejó la libreta, la tenía en casa por si surgía alguna urgencia. La usé para comprar comida, el alquiler, para las cosas de mi hija... pero luego empecé con el juego y las drogas y se me acabó yendo de las manos". También dijo sentirse "muy arrepentido" por sus actos y descargó de responsabilidad tanto a su madre como a su hermana, la tercera encausada, que ha sido absuelta igualmente por la Sección Tercera. "Ninguna de ellas se ha beneficiado", apuntó Iván durante la vista. El hombre se enfrentaba a cuatro años de cárcel acusado de un presunto delito de apropiación indebida.

Según se desprende de las penas, la madre, al facilitar a su hijo el número de seguridad (PIN) y la libreta, es considerada cooperadora necesaria. Eso sí, según la versión de Mercedes Y., la libreta volvió a sus manos para luego perderla de vista. "Vino un día a casa asustado porque debía dinero a gente muy peligrosa, con pistolas y navajas. Por eso le di en principio la libreta, que me devolvió a los tres días... aunque luego desapareció", contó la mujer, quien apuntó que no le dijo nada a su hermana acerca de su dinero porque "entonces no estaba bien de la cabeza". Fue a sus sobrinas –las ahora denunciantes– a quienes les reveló lo acontecido "pasado un tiempo".

La última de las encausadas es Alejandra B., hermana de Iván. Esta tenía acceso a la cuenta de su tía ya que se encargaba de hacerle la declaración de la renta, entre otras gestiones. Al estar su propia cuenta ligada a la banca digital de su tía y compartir contraseña, la mujer se negó a facilitarle el acceso a las hijas de la víctima, lo que les llevó a incluirla en la denuncia.

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