Las diferentes actuaciones derivadas de la vigilancia y control de actividades contaminantes llevadas a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Zaragoza han permitido la localización, en el primer semestre del año, de ocho talleres ilegales de reparación y mantenimiento de vehículos.

La última actuación tuvo lugar el 28 de junio y, a raíz de una información de colaboración ciudadana, los especialistas del Seprona de Casetas se personaron en una nave del polígono industrial Plaza de Zaragoza, donde comprobaron que en el interior se encontraban varios vehículos que estaban siendo reparados, contando con diferente maquinaria y herramienta propias de un taller mecánico. También hallaron baterías, filtros, aceites usados y otros residuos peligrosos generados por esta actividad que se encontraban acumulados en contenedores y bidones.

Entrevistados con el responsable de la instalación, al que le requirieron la documentación preceptiva para llevar a cabo la actividad, este les comunicó que carecía de autorización alguna, no pudiendo acreditar tampoco la correcta gestión de los residuos contaminantes.

Ante estos hechos se procedió a elevar la correspondiente denuncia para su remisión a las autoridades competentes en materia de industria y medio ambiente del Gobierno de Aragón, así como al Ayuntamiento de Zaragoza, al carecer el establecimiento de licencia para el ejercicio de dicha actividad.

Por otra parte, entre los meses de enero y junio del presente año, el Seprona de la Guardia Civil de Zaragoza ha localizado otros siete talleres que se dedicaban a la reparación y mantenimiento de vehículos sin contar con las autorizaciones correspondientes para el ejercicio de esta actividad y sin realizar la gestión adecuada de los residuos que producían. 

Estos talleres se encontraban ubicados en distintos polígonos industriales y garajes de las localidades de La Puebla de Alfindén, Pinseque, La Cartuja Baja y barrios rurales de la capital.

La Guardia Civil recuerda que los talleres clandestinos, además de suponer una competencia desleal para los establecimientos del sector que cumplen con la normativa y de no respetar los derechos de los consumidores, no garantizan el adecuado tratamiento de los residuos que generan ni la correcta manipulación del vehículo reparado, lo que supone un riesgo grave para el medio ambiente y la seguridad vial.