zaragoza

Los vecinos del barrio Jesús piden más usos para Casa Solans en su centenario

Reivindican que se retomen las visitas guiadas y que el recorrido del autobús turístico recupere la parada que tenía frente a esta joya del modernismo.

Casa Solans, en la actualidad.
Casa Solans, en la actualidad.
Heraldo

La Casa Solans, considerada una de las grandes joyas del modernismo de la capital aragonesa, cumple cien años. También conocida como ‘Casa de los Azulejos’, fue mandada construir por Don Juan Solans y levantada por el arquitecto zaragozano Miguel Ángel Navarro Pérez.

Junto con el Puente de Hierro, La Azucarera, la Estación del Norte y el Dragón Emergente, Casa Solans es, sin duda, una de las señas de identidad más importantes del barrio Jesús. Por ello, coincidiendo con el centenario de su construcción, los vecinos de la zona demandan que se retomen las visitas guiadas y se lleven a cabo otras acciones para seguir poniendo en valor el edificio.

“Siempre hemos reivindicado la importancia arquitectónica de la Casa Solans, desde que en los años 90 solicitáramos la intervención urgente por parte del Ayuntamiento de Zaragoza debido al estado de ruina que amenazaba”, recuerdan. De hecho, el edificio estuvo a punto de desaparecer bajo la piqueta en 1995, aunque el consistorio aprobó que fuera rehabilitado para devolverle el lustre que había perdido.

En estos momentos, más de 25 años después de su recuperación, el inmueble alberga Ebrópolis y la oficina de Cooperación al Desarrollo. Pero los vecinos continúan insistiendo en que Casa Solans debe ser un espacio más abierto al barrio y a la ciudad. “Conseguimos que durante un tiempo se habilitaran visitas guiadas tanto para grupos particulares como para escolares, pero actualmente están canceladas”, señala Raúl Gascón, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio Jesús.

Casa Solans, antes de su rehabilitación.
Casa Solans, antes de su rehabilitación.
Heraldo

Y es que, parece que la recuperación de dichas visitas dependerá de la evolución de la pandemia. Fuentes municipales aseguran que se suspendieron debido a la covid-19, ya que en el edificio trabajan una quincena de empleados y no se quieren correr riesgos. Por ahora, no hay ninguna previsión sobre cuándo podrían retomarse.

Otra de las peticiones del colectivo es que el bus turístico incluya de nuevo la parada frente a Casa Solans. “Antes cruzaba el Puente de Hierro y llegaba justo hasta la casa para, después, girar hacia la avenida de Cataluña en dirección al Balcón de San Lázaro. Ahora gira directamente hacia el Paseo de la Ribera, saltándose toda esa zona”, lamenta Gascón.

Una calle para los primeros dueños de Casa Solans

En el listado de demandas de la asociación también se encuentra la de bautizar a dos calles de la zona con el nombre de los primeros propietarios de la casa: Juan Solans y Rafaela Aisa. Solans nunca pudo disfrutar del inmueble porque falleció antes de que estuviera terminado. Sin embargo, su viuda estuvo viviendo en ella hasta la década de los sesenta. “Queremos ponerlos en valor y que den nombre a dos trozos de calle que ahora no tienen”, señala Gascón.

En 2017 se creó una mesa de trabajo para definir los usos del inmueble en la que la asociación participó con diversas propuestas. En aquel momento no fueron tenidas en cuenta, pero cuatro años después vuelven a insistir: “Sugeríamos que albergara una oficina de turismo para para que los visitantes llegaran hasta la margen izquierda y dinamizaran el comercio y la hostelería de la zona”, apunta el portavoz. “Además, independientemente del uso que tiene ahora, pensamos que podría servir para celebrar bodas o como espacio expositivo, para recepciones, entregas de premios o actos culturales”, añade.

Lo que sí es seguro es que, en muy poco tiempo, el barrio contará con un nuevo cabezudo que encarnará la figura de Don Juan Solans. “Nos lo están preparando. Los cabezudos son muy importantes para el barrio”, concluye Gascón.

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