Los vendedores del rastro descartan abrir la próxima semana por el límite de puestos

Los comerciantes de mercadillo prefieren esperar a siguientes fases, mientras la muestra agroecológica prepara su vuelta para el día 16.

El rastro permanece cerrado desde el 11 de marzo, cuando ya se notó una caída de clientes.
El rastro permanece cerrado desde el 11 de marzo, cuando ya se notó una caída de clientes.
Raquel Labodía

Los vendedores del mercadillo de La Almozara consideran que es «inviable» reabrir a partir de la próxima semana con las limitaciones que ha establecido el Gobierno central para la vuelta de este tipo actividad en la calle en su plan de desescalada por la pandemia de coronavirus. Fundamentalmente, los comerciantes rechazan que solo se puedan instalar el 25% de los puestos, con un tercio del aforo máximo, por lo que prefieren esperar a siguientes fases. Así se lo han transmitido al Ayuntamiento de Zaragoza que, en cualquier caso, busca soluciones para la desescalada de los ambulantes de la ciudad.

«Preferimos esperar a montar todos a la vez, aunque sea a finales de junio», explica Esther Jiménez, portavoz de los vendedores del rastro, que permanece cerrado desde el pasado 11 de marzo. El motivo son las restricciones planteadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, que limita al 25% el número de puestos que se podrían montar, y al 33% el aforo máximo de personas en el recinto. A su juicio, y aunque asegura que con el cierre de la actividad por el estado de alarma lo están pasando «muy mal», cree que lo más adecuado es retrasar la apertura hasta que «todos pueden hacerlo en igualdad de condiciones».

"Preferimos esperar a montar todos a la vez, aunque sea a finales de junio"

Los vendedores mantuvieron este martes contactos con los técnicos municipales y con la propia concejal de Economía, responsable del área de Mercados, Carmen Herrarte. Las partes acordaron que los comerciantes redacten un borrador de propuestas para su vuelta a la actividad. Para ello cuentan con la ventaja de que el parquin sur de la Expo, donde se instala el rastro cada miércoles y domingo, permitiría dar cumplimiento al resto de restricciones establecidas por la autoridad sanitaria.

En concreto, el Gobierno central ha fijado, a partir de la fase 1 que entraría en vigor el lunes, una separación mínima entre puestos de dos metros, una medida que en principio podría asumir el recinto de La Almozara. Además, respecto a la limitación del aforo al 33%, se permite «aumentar la superficie habilitada para el ejercicio de esta actividad de manera que se produzca un efecto equivalente a la citada limitación».

Alternativas

En cualquier caso, Jiménez considera que sigue siendo «muy difícil» reabrir en esas condiciones y, de hecho, asegura que el sector «ya se había hecho a la idea de no volver hasta junio». En cuanto a posibles alternativas para adelantar su regreso en condiciones de seguridad, también lo ve complicado.

Por un lado, la opción de fraccionar el rastro y repartirlo por otras ubicaciones de la ciudad podría generar «rechazo» por parte de los vecinos de los nuevos emplazamientos, como así ocurrió cuando se intentó duplicar el mercadillo en la etapa del anterior equipo de gobierno de ZEC. Y sobre la posibilidad de celebrar un rastro reducido en el mismo lugar durante más días a la semana, Jiménez recuerda que se trata de un gremio ambulante que cada jornada acude a una localidad distinta.

La muestra agroecológica propone volver con un recinto cerrado

La muestra agroecológica de Zaragoza podría reabrir el próximo sábado 16 de mayo. Al menos, esa es la intención de sus vendedores, que han elaborado un proyecto para la reapertura en las condiciones de seguridad que ha establecido el Gobierno central para la desescalada de este tipo de actividades.

En concreto, los responsables de la muestra que se instala los sábados en la plaza del Pilar, y que el próximo mes cumple 11 años, han propuesto al Ayuntamiento de Zaragoza reabrir con solo 15 puestos, que contarían con una separación entre sí de 2,5 metros, medio más de lo marcado por la autoridad sanitaria. Además, para controlar la circulación de clientes y el aforo máximo –que de momento no debe superar el 33%– han diseñado en colaboración con UAGA un recinto cerrado junto a la fuente de la Hispanidad, de tal forma que se puedan regular las entradas y salidas.

«Cuanto más preparados estemos para la vuelta, mejor», explica Laura Marcén, de la panadería Ecomonegros, una de las veteranas de la muestra. En su caso, ha renunciado a instalar en la próxima fase de la desescalada para dejar hueco a los agricultores que tienen que dar salida al producto acumulado estas semanas de confinamiento.

«Los de cerca de Zaragoza han ido haciendo venta en domicilios, pero los de más lejos lo han tenido más difícil», explica. Aún así, ya han solicitado volver a montar su puesto una veintena de productores, por lo que habrá que hacer una pequeña criba.

"Los de cerca de Zaragoza han ido haciendo venta en domicilios, pero los de más lejos lo han tenido más difícil"

«Si la situación mejora, pediremos que nos permitan más puestos», anticipa Marcén, que lamenta, eso sí, que la muestra haya permanecido cerrada. «Nos han considerado ambulantes cuando somos de alimentación, un servicio esencial, en otras ciudades han seguido abiertos», concluye.

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