Los vecinos de La Romareda y el Arrabal rechazan el traslado del rastro a sus barrios

Los grupos de la oposición critican a ZEC por la «falta de información» y por no consultar a las Juntas Municipales.

Imagen de archivo del rastro de Zaragoza
Imagen de archivo del rastro de Zaragoza
A.Navarro/Heraldo

Los vecinos de La Romareda y el Arrabal rechazaron ayer con rotundidad la ubicación del rastro los miércoles en sus barrios, un acuerdo que el Ayuntamiento de Zaragoza y las partes implicadas podrían cerrar próximamente. Los primeros conocen bien lo que supone tener este mercadillo en su zona –estuvo allí hasta el año 2006– y la suciedad que genera. Los de la margen izquierda no quieren que el rastro impida un viejo proyecto de destinar la explanada de la Estación del Norte a generar un espacio comercial y de equipamientos. Los dos distritos coinciden en lamentar que en la negociación que se está llevando a cabo no se ha tenido en cuenta su opinión.

"No queremos hipotecar el gran proyecto que se podría desarrollar en la Estación del Norte por un mercadillo una vez a la semana que no sabemos cuánto tiempo estaría aquí". Con estas palabras se expresó ayer Rafael Tejedor, presidente de la Asociación de Vecinos del Arrabal, ante el futuro emplazamiento del rastro los miércoles. Ese día se trasladarían 200 comerciantes a la explanada contigua al centro cívico de la Estación del Norte y los otros 200 al espacio original de La Romareda.

Tejedor subrayó que el primer lugar pretendía transformarse en una especie de ‘Covent Garden’ del Arrabal, con equipamientos comerciales y eventos temporales. Añadió que sería necesario sentarse a hablar sobre los aparcamientos, la frecuencia de los autobuses, la limpieza y la clase de productos que venden estos comerciantes ambulantes para no hacer competencia a los locales del barrio. Aunque antes de determinar estas condiciones tendrían que "asfaltarlo" y "garantizar que será un espacio de equipamientos".

Mientras, en el entorno de La Romareda, Pablo Sánchez de la Asociación de Vecinos de Agustina de Aragón señaló que si se mantuvieran "las normas de convivencia no habría inconvenientes en celebrar un día el rastro". No obstante, recordó la suciedad y los robos que hubo años atrás en la zona, antes de que el mercadillo se trasladara al Príncipe Felipe en el año 2006 y más tarde a su actual ubicación, en el parquin sur de la Expo.

Más rotundo se mostró Manuel Ortiz de la Asociación de Vecinos Arco Iris del distrito Universidad:"Nos costó mucho tiempo ubicarlo en otro sitio para que ahora vuelva", afirmó Ortiz, quien añadió que no están dispuestos a combatir de nuevo con la problemática que implica:"Las bolsas de plástico, dificultad para aparcar o que la acera sea un urinario público". Además, indicó que esta zona ya no es la misma que hace 12 años. "Estamos en contra de cómo el Ayuntamiento está tratando este tema porque no se ha consultado a los vecinos, no se nos ha tenido en cuenta", declaró Ortiz, quien admitió que la noticia les había sorprendido.

Buscar una solución conjunta

Por otro lado, los grupos políticos de la oposición –que desconocían esta negociación– han criticado al gobierno de ZEC por no haber informado de este asunto y por no contar tampoco con la opinión de las Juntas Municipales de Universidad y El Rabal, las zonas afectadas. El concejal del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza José Ignacio Senao lamentó la "falta de transparencia" con la que está procediendo Santisteve en este asunto y criticó que no se haya preguntado a los vecinos a través de las Juntas Municipales de Universidad y El Rabal.

En este sentido, el presidente del distrito Universidad, Enrique Collados del PP, remitió ayer una carta al alcalde Pedro Santisteve para exigir que se cumpla el Reglamento de Órganos Territoriales y se proceda a consultar a las juntas antes de tomar una decisión sobre el traslado. Senao también opinó que "da la sensación de que el gobierno de Zaragoza lo que pretende es la legalización de una venta ilegal de unos grupos de personas que se establecen los domingos por la mañana en el rastro".

Lola Ranera, concejala del PSOE y también presidenta de la Junta de Distrito del Arrabal, confía en que sea "una ocurrencia del gobierno" y que no se lleve a cabo. "Tenemos que buscar las mejores ubicaciones para el rastro y creo que para la Estación del Norte no sería el mejor uso, puesto que llevamos años intentando que la margen izquierda se transforme y sea más turística", afirmó Ranera.

Alberto Casañal, de Ciudadanos, lamentó que ZEC "en ningún momento haya trasladado estas u otras intenciones". El concejal de la formación naranja manifestó que "los cambios, en caso de producirse, deben salir del consenso de los grupos, comerciantes del rastro, vecinos de los barrios donde se pretendan instalar y el tejido comercial".

Por otro lado, el portavoz de CHA, Carmelo Asensio, expresó sus dudas. "Es cierto que el miércoles el rastro no acaba de arrancar y si hay acuerdo puede parecer razonable. Pero me extraña que se rompa la unidad del mercado", afirmó el edil.

Fuentes municipales explicaron que todavía se está estudiando la propuesta, que es de los vendedores, y que faltan informes técnicos y valoraciones sobre estos dos espacios y otros más que se están analizando. "Es parte de una negociación que sigue abierta", añadieron.

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