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Lección magistral del gran juicio de la democracia

El fiscal del Supremo defiende que los políticos independentistas condenados no están presos por sus ideas sino por sus acciones.  

Aragón mira de reojo a Cataluña. El desafío independentista condiciona la actualidad nacional, y despierta un ávido interés por conocer detalles de la sentencia del ‘procés’, con condenas de 9 a 13 años de cárcel a los nueve líderes independentistas catalanes por sedición y malversación, y sus repercusiones. Así se entiende la gran expectación que suscitó la conferencia que ofreció ayer el fiscal Javier Zaragoza, en un acto organizado por HERALDO, que congregó en el Salón de Aragón del Patio de la Infanta de Ibercaja a más de 400 personas.

Sin ocultar sus opiniones sobre el fallo judicial, el fiscal del Tribunal Supremo fue desgranando los aciertos y discrepancias del «juicio más importante de la democracia». Un proceso a políticos independentistas que «no están presos por sus ideas sino por sus actos», al revelarse incapaces de hacer política dentro de la legalidad. «No actuar ante conductas delictivas sería irresponsable», recordó Zaragoza, rotundo.

Atentos escucharon sus argumentos tres responsables del Gobierno aragonés, el vicepresidente Arturo Aliaga; la consejera de Ciudadanía, María Victoria Broto, y el de Educación, Felipe Faci. También asistieron a la conferencia los diputados socialistas Vicente Guillén y Darío Villagrasa; Beatriz García, de Cs; el jefe de zona de Aragón de la Guardia Civil, el general Carlos Crespo, el exjusticia de Aragón Fernando García Vicente y el exdecano del Colegio de Abogados Carlos Carnicer.

Acompañaron a Javier Zaragoza sus hermanos, Nieves y Miguel Ángel, y Julia Vicente, exdiputada en las Cortes y exalcaldesa de Alcorisa; en un acto que estuvo moderado por el director de HERALDO, Mikel Iturbe, en colaboración con el periodista Ramón J. Campo, y al que asistieron, también, Fernando de Yarza Mompeón, vicepresidente de HERALDO; Íñigo de Yarza López-Madrazo, vicepresidente de HENNEO, y José Andrés Nalda, director de Medios de HENNEO.

El director de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo, fue el encargado de presentar a Javier Zaragoza, un «servidor público excepcional, que mantiene viva su vinculación con Aragón». Y la Comunidad reconoce su trabajo, como refleja la entrega el pasado 23 de abril del máximo galardón que otorga la DGA.

El fiscal del Supremo estaba encantado de volver a su tierra, y dejó constancia de ello. Inició su lección magistral con un «queridos paisanos, espero estar a la altura». No defraudó. Se reafirmó en su opinión de que el delito se acerca más a la rebelión que a la sedición que recoge la sentencia, evitó opinar sobre un indulto a los condenados que nadie ha puesto aún, de forma oficial, encima de la mesa, y estableció paralelismos entre los dos golpes de Estado que, en su opinión, ha sufrido el país, el del 23-F y el del 1-O, y sus distintas consecuencias.

También dio un tirón de orejas a la prensa, al recordar que, en democracia, lo que importa y «lo que vale» es la investigación judicial, no la periodística, y reconoció que le resultó «lamentable» que se flitraran el delito y las penas del proceso, aunque en ningún caso incidió en la sentencia. El problema, reconoció, es que «se quiebra la confianza en la Justicia». Y no está la situación en el país, con dos poderes en tela de juicio, como para dudar también del judicial.

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