La Bajada del Canal más polémica se convierte también en la más multitudinaria y segura

Torrero y La Paz se volcaron en esta jornada, en la que se reforzaron las medidas de protección. Hubo bomberos en el recorrido y los participantes llevaron chalecos salvavidas.

Mismo escenario, mismo trasfondo, pero más multitudinaria, reivindicativa y segura que nunca. Más de 200 personas, a bordo de decenas de embarcaciones, participaron este domingo en la XXXVII Bajada del Canal, en la que los vecinos de Torrero y La Paz volvieron a exigir mejoras en ese espacio y la navegabilidad de esta infraestructura hidráulica.

Las trabas administrativas y las medidas de seguridad impuestas este año -por primera vez todos los participantes tuvieron que inscribirse y ponerse chaleco salvavidas- no impidieron que los vecinos se volcaran en la celebración de esta tradicional jornada festiva, que transcurrió una vez más desde la Pasarela del Rincón de Goya hasta el parque de La Paz. "Nunca ha pasado nada, no entiendo que este año se hayan puesto tantos requisitos... Pero solo falta que nos pongan obstáculos para que tengamos todavía más ganas de participar. Somos un barrio muy reivindicativo y así seguiremos", aseguró Puri Cantín, que desde la orilla controló el paso de sus hijos y su marido.

Además de agentes de la Policía Local, una veintena de bomberos -entre buceadores y otras unidades- estuvieron presentes durante todo el recorrido. Los buzos ayudaron a las barcazas a llegar al agua (alguna fracasó nada más entrar) y darles el impulso suficiente para emprender el camino hacia La Paz. En esta edición, se controló que nadie accediera al agua durante el recorrido sin registrarse para recibir los chalecos. Salvo alguna excepción, todos portaron esta medida de protección.

Mensajes reivindicativos

Ante el número y el tipo de embarcaciones, los organizadores decidieron dar prioridad a las de mayor flotabilidad, para después dejar paso a las más inestables y "originales". De hecho, los participantes volvieron a sorprender y hacer uso de su imaginación para surcar el canal. Barcos construidos con somieres, tablas de madera, flotadores gigantes... Incluso enormes garrafas de agua sirvieron, o al menos lo intentaron, para flotar entre las aguas.

Pese a las peculiaridades de esta edición, la Bajada del Canal no perdió su carácter festivo y, sobre todo, reivindicativo. Cánticos y pancartas, pero también nombres de embarcaciones que dejaron mensajes claros y contundentes: ‘Okupa y resiste’, ‘Zaragoza ecofeminista’, ‘Las sirenas no están puestas por tritones’...

«Ista, ista, ista, Torrero es feminista», gritaban desde una de las barquichuelas, mientras intentaban por todos los medios mantenerse a flote y no perder a ningún tripulante por el camino. Algo que otros no consiguieron, lo que provocó numerosas risas del público que siguió desde las orillas y los puentes el paso de los valientes y osados marineros. "Que se os caído la nevera", les advertían algunos de los zaragozanos. Sin pensárselo dos veces, uno de los integrantes de la embarcación se echaba al agua.

Éxito de participación

Ante los requisitos y cambios impuestos en esta edición por las administraciones este año, varios miembros de la organización (Asociaciones de Vecinos de La Paz y Montes de Torrero/Paz y la Asociación Cultural El Cantero de Torrero) destacaron la "espectacular" respuesta de los vecinos. Las entidades hicieron un llamamiento a la participación para "defender el espacio público frente a las trabas administrativa". "Estamos muy contentos. Todo se está desarrollando sin incidencias", aseguró a media mañana el presidente de la Asociación de Vecinos de La Paz, José Luis Villalobos.

Ese respaldo vecinal es el que, según los organizadores, les ayuda a "seguir defendiendo la Bajada del Canal como una jornada festiva" y exigir a la Administración la mejora de este entorno. En definitiva, piden un plan especial para el Canal, en el que además de su navegabilidad, proponen otras cuestiones. Entre otras, un acceso entre las calles de Vía de Pau y Neptuno y la mejora de algunas pasarelas, que "no permiten el paso de personas con movilidad reducida". "Sobre todo, las que están a la altura del colegio de Atades y en Tierno Galván", precisó el representante vecinal.

Los vecinos de Torrero y La Paz confían en que el futuro convierta el entorno del Canal en un parque lineal y se complete la mejora que comenzó con la Exposición Internacional de 2008. "«Entonces se hizo alguna cosa, pero quedan otras muchas por hacer. Hay zonas sin urbanizar, por ejemplo, a la altura de San José", apuntó Villalobos.

Los grumetes llegaron, con más de un remojón incluido, hasta el parque de La Paz, donde la fiesta terminó, como todos los años, con una comida popular. Como colofón, se pudo disfrutar de la actuación del grupo La Buenaventura y el Coro Libertario.

 

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