El último día de fiestas en El Burgo de Ebro ha amanecido con lluvia. Este clima inesperado ha obligado a cambiar los planes de algunas de las celebraciones. De esta manera, el concurso de roscaderos que estaba previsto para hoy a las 18.00 ha tenido que ser suspendido y sustituido por un encierro por las calles del pueblo a la misma hora. “La plaza de toros estaba inundada y no presentaba las medidas de seguridad necesarias para el concurso”, ha indicado Vicente Royo, el alcalde del municipio. 

A pesar de ello, la gente de El Burgo del Ebro no se ha quedado sin pasar una divertida tarde taurina y ha respondido con entusiasmo a la propuesta. Cuando faltaban escasos minutos para el inicio del mismo, los megáfonos han retumbado por todo el pueblo para anunciar la normativa vigente en festejos taurinos. En esos momentos, los vecinos han apurado los segundos que quedaban para que soltaran a la vaca y han aprovechado para pasar al otro lado de la calle y resguardarse del peligro.

Con los valientes preparados, la vaca ha salido puntual, con mucho ímpetu y velocidad. Una vez más calmada, los más atrevidos han aprovechado para recortarla con sus chaquetas provocando los aplausos del público. Desde la barrera, también se trataba de llamar la atención de la vaca que ha embestido un par de veces las vallas contestando a las provocaciones del público. Por ello, los vecinos más veteranos se hacían bromas unos a otros con salir a torear al animal. “Si pudiera lo haría, pero con mi barriga no paso”, ha señalado el más divertido ganándose las risas de los demás.

Tras el espectáculo para los adultos, los más pequeños tendrán su momento con el pasacalles infantil a las 20.00. Por la noche, los habitantes de El Burgo del Ebro tendrán que decir adiós a sus fiestas hasta el año que viene. La traca y la última discomóvil se encargarán de que sea un cierre alegre.