Casi 1.000 menores están en situación de desprotección en Zaragoza

Según datos de los Servicios Sociales Especializados de Protección a la Infancia del Gobierno de Aragón en la provincia de Zaragoza más del 90% de los casos de maltrato se confirman.

Begoña Álvarez, subdirectora del servicio e protección a la infancia y tutela de Aragón, en el Congreso Nacional de Psicología
Begoña Álvarez, psicóloga del servicio e protección a la infancia y tutela de Aragón, en el Congreso Nacional de Psicología
Heraldo.es

Esta semana ha tenido lugar en Vitoria el IV Congreso Nacional de Psicología, en cuyo marco se desarrollaba el simposio ‘Infancia, adolescencia y familia. Situaciones complejas en contextos psicológicos’. La mesa, formada por varias profesionales aragonesas en diferentes especialidades, fue coordinada por el vicepresidente del Colegio Profesional de Psicología de Aragón (COPPA), Santiago Boira.

Entre ellas se encontraba Begoña Álvarez Villaverde, psicóloga que desarrolla su labor en la Subdirección de Zaragoza del Servicio de Protección a la Infancia y Tutela de Aragón, con su ponencia titulada ‘Estudio descriptivo de los factores implicados en la desprotección infantil’. Un estudio descriptivo realizado con una muestra de 81 niños sobre el total de los casi 1.000 casos que actualmente se encuentran en posible situación de desprotección en la provincia de Zaragoza. “De estos, se ha terminado la valoración de 782, mientras que 197 casos están pendientes de terminar su estudio”, afirma Álvarez.

Pero, ¿en qué consiste la labor del profesional de la psicología en el ámbito de los Servicios Sociales Especializados de Protección Infantil? En sus propias palabras, “actuamos ante posibles situaciones de maltrato o desprotección infantil entre los que se encuentran la negligencia, tanto física como psicológica, abuso sexual, explotación laboral o mendicidad, entre otros”, explica la psicóloga.

En concreto, la profesional zaragozana lleva a cabo la valoración psicológica de todos los miembros de la familia de cada caso que le es asignado, aunque destaca que se trata de un trabajo en equipo con otros profesionales como trabajadores y educadores sociales y en coordinación con Salud, Educación, Fiscalía y las diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Cuando se detecta una situación de maltrato infantil, se pone en marcha alguno de los programas de protección diseñados para tratar de corregir estas situaciones, como el mantener al niño en su seno familiar recibiendo apoyos educativos, la separación temporal, la definitiva o la emancipación del menor. “En torno al 45% de los niños y adolescentes se quedan conviviendo en sus familias seguido de un 28% que se corresponde con adolescentes próximos a mayoría de edad a los que se les ayuda para que logren su emancipación”, afirma Álvarez.

Aproximadamente en el 20% del total de los casos, se opta como último recurso a una separación definitiva y dentro de esta, 82 niños –es decir, un 10% del total- se encuentran en estos momentos en fase de adopción. El resto de estos son derivados a centros residenciales o acogidos temporalmente por otros familiares.

Sin embargo, y a pesar de que los datos demuestran lo contrario, la experta asegura que todavía existen muchos prejuicios en torno a la labor de estos Servicios Sociales, ya que la sociedad, en lugar de considerar este servicio especializado como un recurso de ayuda, sigue pensando que lo que se pretende es retirar a los niños de sus padres. “Tenemos que tener en cuenta que se dan circunstancias personales, psicológicas, económicas y sociales o historias de vida tan difíciles y duras en la gran mayoría de los casos, que dificultan que puedan desempeñar su papel de padres de una manera satisfactoria, muy a su pesar”, añade.

En cuanto a los datos sobre los padres, el estudio demuestra que más de la mitad son separados o que afrontan el cuidado de sus hijos en soledad, muchos de ellos padecen algún tipo de trastorno mental sin diagnosticar o han sido víctimas de violencia de género o doméstica. “No es que no quieran cuidarlos, es que no pueden”, concluye.

Hacen falta más familias de acogida y adopción

A pesar de que se pretende que la mayoría de los niños maltratados o desprotegidos convivan en un entorno familiar, la realidad es que todavía siguen siendo muchos los que se encuentran en centros residenciales. “Esto sucede casi en el 35% de los casos. Por eso es importante concienciar a la ciudadanía de la importancia de acoger a estos niños y adolescentes que se encuentran en una situación muy complicada”, afirma.

El perfil de estos niños refleja que en la mayoría de los casos han sufrido más de un tipo de maltrato y durante un periodo de tiempo que puede ser muy largo y de una intensidad moderada. Casi el 50% de los casos son de origen español, seguidos de otras nacionalidades como africanos, rumanos, chinos o hispanoamericanos. Algunos de ellos padecen algún tipo de trastorno mental como trastorno de apego, discapacidad intelectual o trastorno de conducta, entre otros, “en muchos casos, como consecuencia de sus vivencias”, indica. “La realidad es que son niños que han sufrido mucho y que necesitan ser queridos y tener unos entornos saludables para facilitar que su desarrollo integral sea saludable”, concluye.  

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