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Inquietud en Casetas por el posible retraso de la reforma de sus piscinas

Las obras, que tienen una duración prevista de nueve meses, iban a llevarse a cabo durante los meses en los que las piscinas estuvieran cerradas para poder inaugurarse en la campaña veraniega de 2020, pero tanto la alcaldía como la Asociación de Vecinos de Casetas temen que no se liciten antes de septiembre.

Piscinas de Casetas
Piscinas de Casetas
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Los vecinos de Casetas, que están ansiosos por poder inaugurar sus nuevas piscinas el verano que viene, podrían tener que esperar para ver esta reivindicación cumplida si la licitación del proyecto se demora más de lo previsto. Así lo creen tanto la Asociación de Vecinos de Casetas como la alcaldía del barrio, que instan a que el proyecto se licite antes del mes de septiembre para poder comenzar las obras justo al cierre de las piscinas y que estas finalicen antes de la llegada del verano de 2020, tal y como se había planteado en un principio.

Hace justamente un año, en julio de 2018, el colectivo vecinal reclamó al Ayuntamiento de Zaragoza que reparara las deficiencias de las instalaciones, ya que los técnicos del área de Deportes detectaron que las piscinas del CDM Aguas Claras perdían hasta 225.000 litros diarios. “Estamos prácticamente igual que hace un año”, lamenta José Luis Almenara, presidente de la asociación. Desde la entidad aseguran haber tenido conocimiento a partir de la Junta Vecinal de Casetas de que el proyecto de renovación integral, aprobado el pasado mes de mayo, “está yendo de un lado para otro” y temen que esto pueda suponer retrasos que impidan que la reforma esté lista para el próximo verano.

Para el colectivo, lo idóneo sería que el proyecto se licitara antes de septiembre, para que los trabajos se desarrollen entre ese mes y mayo de 2020. “Se trata de unas obras muy ambiciosas, porque es necesario hacer los vasos nuevos. No consisten en limitarse a poner parches”, recuerda Almenara, que reconoce que conseguir que el consistorio diera luz verde a la reforma les ha llevado mucho tiempo y esfuerzo. “No queremos llegar al punto en el que las piscinas tengan que cerrar porque no reúnan las condiciones necesarias y los trabajos no se hayan llevado a cabo durante el invierno”, advierte.

La alcaldía del barrio rural también está siguiendo el asunto muy de cerca y con preocupación, ya que consideran que el proceso de licitación “está llevando mucho tiempo” y quieren que se agilice lo máximo posible. “Me he puesto en contacto tanto con Contratación como con Arquitectura del Ayuntamiento y me dicen que es difícil llegar a septiembre”, comenta José Luis Román, alcalde de Casetas.

Román también denuncia la falta de información de la administración sobre el proceso, aunque con resignación asegura que se trata de algo habitual. “Es un tema que se repite a menudo. Nos tienen un poco abandonados”, lamenta.

No obstante, desde el Ayuntamiento de Zaragoza hacen un llamamiento a la calma. Aseguran que no hay ninguna anomalía en el expediente y que el proceso está marchando según lo previsto. “El proyecto sigue pendiente de licitación, en estado de tramitación administrativa ordinaria. No hay nada raro”, afirman fuentes del consistorio, que recuerdan que no hay un plazo establecido para la realización de este trámite.

¿A dónde va el agua que se filtra?

La preocupación del colectivo vecinal y de la alcaldía, más allá de los plazos y del coste económico y medioambiental que supone una fuga de estas características, es que desconocen con exactitud a dónde va a parar todo el volumen de agua que pierden diariamente las piscinas. “No sabemos si puede estar socavando la estructura que sujeta los vasos, con el riesgo de que haya un hundimiento”, explica Almenara.

Desde que saltaron las alarmas por las filtraciones, los técnicos examinan periódicamente las instalaciones, que abrieron el pasado mes de junio con normalidad y funcionan como cualquier otro verano. La asociación no ha observado una excesiva preocupación entre los usuarios y la afluencia se mantiene similar a la de otros años durante esta época. “Están controlando las fugas y se parchean, pero eso no es suficiente”, esgrimen.

Las obras de reforma de las piscinas supondrán un desembolso de 950.343 euros y están incluidas en el convenio entre el Ayuntamiento de Zaragoza y la DPZ para inversiones en barrios rurales. Los trabajos, que tienen una duración prevista de nueve meses, contemplan la renovación completa de los vasos y la construcción de un espacio para juegos de agua con el que incrementar la oferta lúdica de las instalaciones.

La de Casetas no es la única piscina pública que sufre daños estructurales y pérdidas de agua. La de la Hípica es otra de las más deterioradas de la ciudad, lo que ha impedido su apertura este verano.

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