Pasado mañana se constituirán los ayuntamientos en toda España y los vecinos del barrio rural de Casetas estarán esperando en Zaragoza a la corporación municipal para darles unos saquitos de harina a los nuevos ediles. Con este simbólico regalo aspiran a que los nuevos concejales del Ayuntamiento se involucren con el proyecto de recuperar la antigua Harinera del Ebro, que lleva cerrada desde 2006.

Desde la plataforma Métete en Harina explican que el edificio continúa con su creciente deterioro, a pesar haber sido catalogado. Lamentan la falta de inversiones, de compromisos y que "las promesas políticas se queden en un mitin". Así, el paquete de harina que les entreguen servirá para remover conciencias e incluirá "instrucciones de uso tan sencillas como ponerse las pilas para devolverle al barrio lo que es suyo", comentan. Con la intención de hacer del esqueleto del edificio un "espacio para el futuro", el pasado abril se celebraron en Casetas unas jornadas sobre patrimonio industrial, pero la Harinera pasó desapercibida en la posterior campaña electoral.

Otra oportunidad para la Harinera