aragón, pueblo a pueblo

Villanueva de Jiloca exhibe su patrimonio plural

La huella mudéjar, los frescos en la ermita de la Virgen del Rosario, la iglesia de San Gil y el entusiasmo de sus vecinos se reparte entre lo consolidado y los proyectos de futuro.

En todo municipio hace falta enamorados de las calles y plazas, los peirones, los productos de la tierra, el patrimonio arquitectónico, natural o religioso, la historia que se escribió y la que está por escribirse. Villanueva de Jiloca tiene todos esos enamorados en su censo, breve pero sustancioso. José Antonio Lavilla, Basi Torres, Ricardo Peligero, Javier Barranco o Marga Roda responden a uno o varios de esos condicionantes afectivos. Tampoco les falta conocimiento de causa, afortunadamente; cada uno aporta y divulga en su área de interés, lo cual redunda en el bien común.

José Antonio Lavilla es el cronista del pueblo, aficionado a la historia; antes de entrar en materia, bromea un poco. "Alguien tenía que hacerlo, y me ha tocado. He ido investigando todo lo que he podido, desde los edificios religiosos y sus contenidos más importantes a los nombres de las calles, las figuras fundamentales de nuestra historia... son muchas cosas. Por ejemplo, cuando cambiaron los letreros de las calles no se conservaron los antiguos, podían haberse simultaneado, así que fotografié todos antes de que los quitaran, para conservar las pequeñas leyendas de los personajes o situaciones que se incluían".

José Antonio explica que la iglesia parroquial de San Gil Abad es barroca, del XVIII. "Tiene varios retablos muy interesantes. Se cerró al culto cuatro años y debo destacar la labor de las mujeres del pueblo en ese tiempo, que se encargaron de limpiar y preservar cuidadosamente los retablos para que no se estropearan. Incluso acabamos compilando un pequeño museo de hallazgos. El retablo de la Asunción es muy interesante, de Matías Jimeno. No tiene mucha obra por la zona, así que la posible vinculación con el pueblo es la presencia de carmelitas descalzos en Villanueva, con general de la orden incluido; la casa madre carmelita está en Pastrana y debieron contactar al artista allá. También hay dos hornacinas con reliquias traídas de Roma".

José Antonio no olvida destacar la ermita de la Virgen del Rosario. "La expolió Erik el Belga en los 80; dejaron la mazonería y tres tablas, se llevaron trece. Varios vecinos se fueron reuniendo los domingos para tratar de juntar las piezas. Allí tenemos cuatro frescos de Salvador Gisbert, que se quieren estudiar a fondo quieren estudiar a fondo". El que protagoniza Santo Domingo de Guzmán es muy especial.

José Antonio cuenta una anécdota relacionada con el antiguo orden del pueblo, en el que la familia Abad era la gran terrateniente. "Los habitantes del pueblo eran en su mayoría renteros de esta familia. Una señora de los Abad tenía once hijos, y siempre le sobraba mucha ropa. Cuando la gente iba a pagar la renta, la señora solía regalarles ropa, pero no siempre era de la talla apropiada. Cuando en el pueblo veían a uno con la chaqueta grande, decían ‘éste ya ha pagado el rento’, y así solía ser".

La Olma y Basi

Basi Torres es donostiarra, pero lleva la friolera de 40 años en Villanueva; ahora aspira a la alcaldía. Su esposo, Ricardo Peligero, es de la tierra y fue alcalde en su día; también presidió el club Natudelia de Zaragoza, de fútbol sala. Basi esta involucrada desde su fundación en la Asociación La Olma. "Llevamos 12 años, y mueve actividades el año entero, ya sea por San Gregorio, Semana Santa o el día de las mujeres, aunque sobre todo se vuelca en la semana cultural. Hacemos una revista anual, de entretenimiento, que ya lleva 17 números. Las ilusiones para el futuro próximo las tengo intactas; estamos convencidos de que se puede dejar de hablar de despoblación y pasar a la repoblación, hay proyectos que nos pueden ayudar a salir del bache y dinamizar el pueblo".

Una de las ilusiones que describe Basi es acondicionar una zona de balsas en el Jiloca a la entrada del pueblo, frente al parque de Arnaldo de Villanova que levantó el ayuntamiento, para que se conviertan en piscinas ecológicas; ya se están investigando todos los pasos productivos ante la posibilidad de acometer la idea. "Los jóvenes del pueblo ya se dan sus remojones ahí y queremos acondicionarlos con un matiz ecológico, usando arenas y plantas acuáticas para la regeneración de las aguas; en la comarca no hay proyectos así, ojalá la comarca nos eche una mano".

El poder sanador del piano y dos entusiastas que han apostado por disfrutar del pueblo

Javier Barranco y Marga Roda vinieron de Valencia; él es zaragozano de nacimiento. Ambos estudiaron en el conservatorio y fundaron en la capital ché una escuela pionera de piano. "Marga –apunta Javier, orgulloso– fue premio nacional de piano en 1970; yo fui alumno suyo un año". Hace 22 años que han echado raíces en Villanueva; van y vienen a Valencia, pero cada vez salen menos de su querida nueva casa darocense. "Asociamos el aprendizaje pianístico –explican– a un sistema de relajación del cuerpo, que tiene que ver con equilibrar los pesos de las extremidades, para mejorar la circulación; hay una tendinitis especial de los pianistas que se puede prevenir siguiendo ciertas pautas". El dúo pianista explica que más que encontrar la casa de Villanueva "la casa nos escogió; fue un flechazo. Estaba fatal, pero la arreglamos, tenemos un jardín muy bonito detrás y vienen alumnos desde Valencia a trabajar aquí. Están a gusto, solamente se oyen los pajarillos y no molestas a nadie. La vida rural es fantástica. Estamos acostumbrados al chauvinismo citadino; ojalá venga más gente a trabajar en su arte. No tenemos hijos, así que quizá constituiremos una fundación para que esto quede en el pueblo. Ya veremos qué pasa". En Villanueva hay bar, punto de reunión fundamental para los vecinos, pero también se quiere estudia la posibilidad de recuperar casas para alquiler, y no se descarta poner alguna casa rural o un hotelito, amén de buscar alguna familia que pueda llevarlo; en la comarca hay varios ejemplos exitosos de este esquema.

En datos

Comarca: Campo de Daroca.

Población: 46.

Distancia a Zaragoza, su capital de provincia: 92 km.

Los imprescindibles

San Gil Abad

Presenta techumbre a dos aguas, un pequeño ábside y un ajustado cimborrio de dos cuerpos decorados con arquillos ciegos. Tiene un robusto campanario, rematado con otro de menor tamaño. Tiene varios retablos de interés.

Arnaldo de Villanova

Tiene un parque a su nombre en el pueblo que le vio nacer allá por 1240. Fue un célebre médico y profesor, que se describía como ‘hombre silvestre, teórico ignoto y aldeano práctico’. Murió en Génova en 1311.

El milagro del huracán

En la ermita de la Virgen del Rosario se recuerda el milagro más famoso atribuido a la intercesión de la virgen en el pueblo: el del huracán acaecido allí el 27 de mayo de 1846, que no causó muertes a pesar de su virulencia.

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