Zaragoza

El Arrabal silencia sus ferias para que los niños autistas puedan disfrutarlas

Durante la tarde de este miércoles, las ferias de la explanada de la Estación del Norte funcionaron sin música ni sirenas para favorecer la inclusión de niños con hipersensibilidad auditiva.

Ferias en el Arrabal
Las ferias del Arrabal guardaron silencio este miércoles para que los niños autistas pudieran disfrutar
L. R.

Ni música, ni sirenas ni bocinas. El sonido de los generadores y las risas de los niños disfrutando fue lo único que se pudo oír este miércoles en las ferias del Arrabal, que celebraron u primera jornada sin ruidos para favorecer la inclusión de los pequeños con autismo.

Se trata de una iniciativa pionera en Zaragoza y también en el conjunto de la comunidad, y que ha sido posible gracias a la Asociación de Vecinos Tío Jorge Arrabal y a la colaboración de los feriantes. “Somos el primer barrio y la primera feria de Zaragoza y Aragón que dedica uno de los días de sus fiestas a los niños con autismo y otros trastornos como asperger, déficit de atención, o niños con implantes cocleares”, señala orgulloso Rafael Tejedor, presidente del colectivo vecinal.

Los niños que sufren estos trastornos padecen en muchas ocasiones hipersensibilidad auditiva, por lo que los ruidos y sonidos fuertes pueden afectarles más que a otras personas. “Estos niños tienen otra manera de percibir todo lo que les rodea. Viven la realidad de manera aumentada, por lo que amplifican el ruido”, explica Ana Fuentes, directora del centro de desarrollo infantil y atención temprana EDIAN.

La propuesta de las ferias sin sonido surgió del grupo de trabajo Ocio Inclusivo Arrabal, que nació hace un lustro y forma parte de la asociación de vecinos. Este grupo trabaja para que las personas con algún tipo de discapacidad intelectual puedan acudir a las actividades que se programan de forma normalizada para favorecer su visibilidad.

Fueron los padres que forman parte de él los que trasladaron el problema del ruido a la entidad vecinal. “La costumbre de estos niños con hipersensibilidad es evitar las ferias por su ruido atronador, luces cegadoras, multitudes y empujones que saturan su capacidad sensorial y les impele a refugiarse en casa. Y esto es lo que pretendemos evitar en nuestras fiestas”, aseguran desde la asociación.

Y es que además del alto volumen de la música, los niños tienen que hacer frente a otras muchas sensaciones. “Son muchos estímulos a la vez; lo sonoro, lo visual, lo táctil… y tanta información les bloquea, se desregulan y esto da lugar a conductas disruptivas”, apunta Fuentes, técnico en Intervención Terapéutica. “No lo pueden controlar. Tiene que ser el contexto y el entorno el que les ayude”, añade.

Visto bueno de feriantes, padres y madres

Los otros actores implicados, y fundamentales para el desarrollo de la iniciativa, fueron los feriantes, ya que fueron los que hicieron posible que de 17.00 a 20.00 el único ruido que se escuchara fuera el de los generadores eléctricos en funcionamiento. “Son los que habitualmente suelen venir a las fiestas del Arrabal. Se lo planteamos y, a pesar de que sabían que, previsiblemente, sus ingresos iban a ser menores, entendieron que la feria tiene que tener su responsabilidad social”, comenta el presidente de la asociación. “Creíamos que lejos de limitar la participación, esto podría aumentarla, porque se trata de una feria inclusiva”, apunta Tejedor.

La ausencia de música también sorprendió a muchos de los padres y las madres que acudieron a las atracciones con sus hijos, aunque aplaudieron la medida. “Me parece muy bien, porque a veces acabamos con la cabeza como un bombo. Y si además es para que a los niños no les produzca tanto estrés, perfecto”, comentaba una madre.

También se hizo extraño para algunos feriantes regentar sus atracciones sin su habitual banda sonora. Aunque, en general, apoyaron la medida. “Se nos hace raro porque estamos acostumbrados a trabajar con música, pero igual que hacemos el día solidario accedimos a esto para que las pueda disfrutar todo el mundo”, explicó una de las empleadas.

Para María José Plumed, gerente de Autismo Aragón, la iniciativa supone “una deferencia” hacia quienes sufren este tipo de trastornos” y recuerda que “la falta de sonido no impide a nadie ir a una feria”, pero su presencia puede hacer que muchos niños no quieran acudir.

La idea es que tras esta primera experiencia de ferias sin sonido, este tipo de celebraciones se extiendan por otras zonas de la ciudad. De hecho, desde la Asociación de Vecinos Tío Jorge-Arrabal han asegurado que tienen la intención de “trasladarlo al Ayuntamiento de Zaragoza para que sea uno de los requisitos a la hora de organizar fiestas y se pueda poner en marcha por todos los barrios de Zaragoza”, concluyen.

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