aragón, pueblo a pueblo

Fuentes de Jiloca, con la escayola y el alabastro

La tradición cantera en el pueblo está hoy matizada por los cierres de antiguas fábricas, pero dos de ellas resisten, y nuevos impulsos proactivos de los vecinos buscan consolidar el futuro.

Cuando Jesús Cortés habla del pueblo que le vio nacer, en el que su padre materializó un espíritu emprendedor que supo transmitir a la siguiente generación, se mezcla la emoción con el hiperrealismo. Jesús utiliza una cuenta regresiva y cronológica para expresar sus temores sobre el futuro del pueblo. "Los números están claros. Fuentes va a menos; claro que no somos los únicos, pasa en el 99% de los pueblos de Aragón y de cualquier rincón de España, pero aquí no quedan casi jóvenes; la escuela aún está abierta, pero tenemos muy poquitos niños en ella. Cuando nacieron mis padres estaban 1.200 vecinos; cuando nací yo casi 700; cuando nacieron mis hijos no llegábamos ya a 300 y cuando lleguen mis nietos habrá 50".

La cosa está cuesta arriba, una expresión que cuadra literalmente con el callejero de Fuentes; el bar y casino está abajo, pero la vida es cuesta arriba, y los desniveles dignos del Mortirolo en el Giro de Italia o el Angliru en la Vuelta Ciclista a España. La fábrica de Jesús está a la salida de Fuentes, en dirección a Velilla. "Es una empresa familiar. Ya sabrás que aquí había cantera de escayola y siempre hubo empresas de yeso, pero fueron cerrando todas poco a poco; ahora no se extrae de aquí, nosotros la traemos de fuera y la trabajamos. Fue mi padre el que aprovechó en su día la cercanía de la materia prima para montar la empresa aquí, hace medio siglo".

La empresa se dedica exclusivamente al prefabricado de escayola, de todo tipo. "Hay un millón de artículos derivados; la placa lisa es el producto rey, pero las posibilidades se extienden hasta todo tipo de molduras, cornisas, florones, baquetones, angulares… trabajamos ahora 6 personas y nos movemos mucho en España, sobre todo el norte, además de Madrid y Valencia. Abajo es más complicado, porque el porte es muy caro y la placa barata, así que no puedes competir en precios con los de la tierra".

En Fuentes quedan pocos negocios. "Hay una granja, la laminadora de alabastro… la poca gente que queda también tiene que ver con eso, claro. Y no nos podemos quejar de los servicios, desde luego; queda la escuela, una carnicería, hay tienda con estanco incluido, pan a diario, bar-casino, piscinas… nos vamos apañando. Y todos tratamos de involucrarnos en actividades para el pueblo, cada cual en donde puede. Yo formo parte de la Cofradía de Santa Quiteria, que organiza las fiestas en honor de esta santa; son entre el 17 y 19 de mayo, no queda nada. Hay un prior, que este año es David Calvo, y dos mayordomos: Antonio Luis Cortés y yo mismo". Este año, las fiestas de mayo tienen motivos olímpicos; aguardan buenas sorpresas a los que se acerquen. El ayuntamiento, por su parte organiza las fiestas de la Virgen de la Soledad en agosto.

Laminando alabastro

Francisco Sánchez es de Villarroya de la Sierra, pero lleva 20 años en Fuentes, trabajando para Jiloca Stone; actualmente es el encargado de la planta local. "Somos los nuevos en esto por estas tierras; las zonas típicas del alabastro en Aragón son otras, sobre todo Quinto, Gelsa, Albalate del Arzobispo… somos una rareza de la naturaleza, supongo. Llevamos dos décadas trabajando el alabastro de este modo; antes se rompía la piedra, se machacaba y se hacía yeso y escayola, pero fuimos los pioneros aquí en cortarla con otros fines. Tenemos clientes de toda la vida en Italia, y también exportamos a China, India, Canadá, Chile, Inglaterra, Francia… lo nuestro es la decoración, iluminación y construcción".

Francisco explica con unas escala de tonalidades las particularidades de la cantera que trabaja Jiloca Stone en Fuentes. "Esta cantera tiene varios colores aparte del blanco; las vetas no son horizontales. Según el pedido, trabajamos una capa u otra, desde la piedra arrancada en bolos a la placa ‘escuadrada’; eso es cortarla con un disco que se programa con máquina y trabaja toda la noche con las placas dispuestas para el corte. Por la mañana, las placas ya cortadas se pasan a otra máquina que las encabeza y ‘escuadra’. La empresa tiene otro taller en Sarral, en Tarragona, y allí hacen el producto terminado; pulen, pintan, se hacen tochos de las lonchas sobrantes más pequeñas para trabajarlos en tornos y hacer los apliques de luz a diferentes tamaños… también tenemos piedra color tabaco y piedra color champán, así que hay para fumar y beber –bromea– y también se cuenta una tonalidad gris que tiene menos salidas, y existen otras más oscuras, de colores menos solicitados en el mercado, a las que normalmente ni llegamos. Hay vetas de hasta 4 ó 5 metros, separadas por arcillas; cuando hay que picar más abajo se saca la piedra del centro y luego se tapa el agujero con lo sobrante; es un trabajo duro, pero también tiene una satisfacción grande".

En Fuentes han desarrollado una actividad lúdica muy curiosa en los últimos años, aprovechando las fechas navideñas. El pasado 31 de diciembre se celebró en el pueblo una carrera muy curiosa, la ‘Ugly Sweater Run’ (carrera del jersey feo) en la que se corre con el típico jersey de motivos navideños, desde renos a estrellitas, elfos, papanoeles y muñecos de nieve. La prueba exigía dar una vuelta a la vega del Jiloca y regresar al pueblo. No hay dificultades notables, aquí no es necesario correr cuesta arriba; la idea era el disfrute colectivo de los vecinos y visitantes. En la meta se programó la colocación de un árbol de los deseos. Además, los vecinos trabajaron en un belén de plastilina que estuvo disponible para la visita hasta el 7 de enero,

Entre belenes, carreras, aguas que abren el apetito y la buena carnicería que lo sacia, Fuentes va escribiendo su futuro en piedra y escayola. A pesar de la cuenta regresiva en el censo, las esperanzas de un futuro más halagüeño no se pierden.

Carnicería Goya, una institución en la zona

Gregoria Gimeno tiene 83 años; su marido, 92. Al frente de Carnicería Goya, en la parte alta de Fuentes, está su hija Rosa Mari Sánchez. "Trabajé de carnicera durante 60 años, me jubilé a los 70. Rosa Mari quiso quedarse conmigo, a cuidarme; fue buena estudiante en Calatayud y sigue haciendo cursos, le gusta aprender nuevas cosas. Aquí se hacen longaniza, chorizo, morcilla y fardeles, sobre todo. A la carnicería viene gente de otros pueblos porque hay buen género; se va tirando, pero muy justo, y eso que en esta zona hay muchos pueblos sin carnicería, la otra de aquí ya cerró. Queda José Miguel en Maluenda; mi marido y sus padres solían ir a comprar corderos juntos".

En datos

Comarca:Comunidad de Calatayud

Población: 229

A Zaragoza: 100 km

Los imprescindibles

Nueva Asociación

En el pueblo ya existía la Asociación de Mujeres, pero se acaba de estrenar en sociedad –hace menos de un mes– la Asociación Cultural Malaján, que para arrancar asumió la limpieza de la torre de la iglesia; ha empezado con ganas.

Fuente del Chopo

Lugar frecuentado por los aficionados al Geocaching. La excursión es agradable y su agua –dicen– abre el apetito. Allá llega la San Pedrada Solidaria, a principios de verano, en la que se ha venido recogiendo alimentos.

La parroquia

La Asunción de Nuestra Señora domina desde lo más alto del pueblo el caserío que se extiende a sus pies a lo largo de la ladera oeste de la montaña donde se asienta. Es una obra renacentista de la segunda mitad del siglo XVI.

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