miércoles santo

Emoción compartida en una jornada mágica

Cientos de personas presenciaron el Encuentro en la plaza del Pilar y arroparon también al Ecce Homo por el Arrabal. Otras cinco cofradías completaron ayer sus viacrucis y procesiones.

Aunque se pasaron toda la tarde mirando al cielo y preparando un ‘plan B’, los cofrades zaragozanos pudieron final y felizmente salir a las 00.00 de este jueves en procesión. La noche del Miércoles Santo se celebran, además, algunas de las marchas más espectaculares de la Pasión zaragozana como la del Encuentro o la titular del Ecce Homo por las calles del Arrabal.

Portada a hombros por los terceroles, la antiquísima talla salió de la iglesia de Altabás entre incienso y sonido de matracas. Los vecinos del Arrabal gustan de ver al Santísimo Ecce Homo sin grandes aglomeraciones por las calles más angostas del barrio. De hecho son numerosos los que acuden a la parroquia al sonido de las primeras matracas –tanto de mano como de campanario– para ver la salida con pequeñas velas recogidas en la parroquia. Al margen de este instante intimista y que invita a la introspección, uno de los momentos más espectaculares es cuando la procesión cruza el puente de Piedra y se encamina al arco del Deán. También es muy celebrado su saludo con los hermanos de la Dolorosa, minutos antes de que estos completen su Encuentro en la plaza del Pilar. De hecho, este era anoche el otro gran foco de atención, como lo viene siendo los 79 años que el Calvario y la Dolorosa llevan caminando juntos. El hermano mayor de la primera cofradía, Jorge Guillén, comentaba que la predicación la haría el párroco de Santa Engracia, Santiago Aparicio, mientras que Fernando Saldaña, su homólogo en la Dolorosa, explicaba que la hermandad estrenaba anoche pebeteros como atributos. "Los hemos hecho en Córdoba, han quedado muy bonitos y merece la pena verlos en detalle", decía, al tiempo que anunciaba que en 2020 celebrarán sus cinco siglos de antigüedad y están planeando un viaje a Roma y una peregrinación. Los protagonistas anoche, no obstante, eran la Virgen de los Dolores de Calero y la talla de Jesús con la Cruz a Cuestas, de Llovet, que acaba de cumplir la friolera de 201 años. Ambas imágenes comenzaron a intuirse en el salón de la ciudad poco después de que los hermanos de cetro se dieran el tradicional y fraternal abrazo. Poco a poco se fueron aproximando, y la foto más deseada fue la de su cruce con el crismón de la basílica del Pilar de fondo.

Por el Casco y los barrios

Sin salir de las calles del Casco, también pudo verse a la cofradía de Jesús de la Humillación con su María de la Amargura, que fue objeto de aplausos a su salida de San Felipe. También a muchos espectadores les sedujeron las jotas que pudieron escucharse en la calle de Alfonso I o en San Miguel. Los cofrades de capirote negro preveían reunirse en la plaza de San Roque para hacer una predicación junto a la Mantería. Igualmente salió la Humildad, para completar un pequeño viacrucis por la Magdalena, mientras que los hermanos de la Llegada se dejaron ver por su barrio, el Oliver, con su Virgen del Perdón antes de iniciar hoy la kilométrica marcha que les acerque a San Cayetano. Un itinerario parecido siguieron anoche los cofrades de las Negaciones para llegar desde Miralbueno –con nuevas tallas– hasta recogerse en Santa Isabel, mientras que las Siete Palabras trasladaron en silencio a su Cristo de Miñarro que se guarda en el Pilar.

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