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'No violarás', una polémica obra de arte que remueve conciencias

La iniciativa forma parte de la exposición 'Ultravioleta' de la Casa de la Mujer de Zaragoza. Su objetivo es generar una respuesta social contra la violencia sexual.

La obra "No violarás" instalada en la plaza de San Francisco de Zaragoza.
La obra "No violarás" instalada en la plaza de San Francisco de Zaragoza.
Heraldo.es

“No violarás”. Este mensaje, impreso en carteles blancos sobre cubos negros instalados en diferentes puntos de Zaragoza, se ha convertido en el foco de la polémica en las calles de la capital aragonesa y en las redes sociales. Parte de las críticas se dirigen directamente al Ayuntamiento y se centran en la agresividad de la propuesta. Aunque la iniciativa no es específica del Consistorio,  forma parte de la exposición ‘Ultravioleta. Didácticas desde los feminismos’, comisariada por la gestora cultural zaragozana María Bastarós para la Sala Juana Francés de la Casa de la Mujer.

Se ha considerado que es una iniciativa del Ayuntamiento, como una campaña de concienciación, y no lo es, forma parte de una exposición y, además, es la obra de una artista”, explica Bastarós en conversación telefónica.

La muestra ‘Ultravioleta’, inaugurada el 7 de marzo y abierta al público hasta el próximo 15 de mayo, ofrece una panorámica de diferentes proyectos artísticos con perspectiva de género y fondo pedagógico que tratan de visibilizar la realidad de las mujeres, recuperar la memoria histórica y crear nuevas dinámicas que generen mayor compromiso y equidad.

Como parte de esta exposición, el pasado fin de semana se colocaron los cubos con el mensaje “No violarás” en puntos estratégicos de la ciudad, entre ellos la plaza del Pilar o la de San Francisco, que son obra de la artista guatemalteca Regina José Galindo. La iniciativa, que ya ha sido expuesta en distintos soportes de tipo publicitario desde 2010, busca generar una reflexión social y generar un impacto positivo.

“No violarás’ busca provocar una disrupción del paisaje urbano que resulte intimidante, como intimidante es a menudo este para las mujeres. El uso del imperativo, invasivo per sé pero usual en la señalética, genera una sensación de incomodidad que es imposible obviar: Galindo nos interpela directamente, nos hace preguntarnos quiénes violan, si se trata de nuestros amigos, familiares, conocidos, y qué hacemos nosotros y nosotras al respecto. Porque la violencia sexual, señalada y castigada siempre en términos individuales, es en realidad un problema colectivo frente al que todos tenemos capacidad de respuesta”, indica María Bastarós en un comunicado.

Sin embargo, han sido muchas las personas que no han recibido con buen pie esta iniciativa debido a la contundencia del mensaje y a que la han confundido con una campaña propia del Ayuntamiento de Zaragoza contra la violencia sexual. De hecho, los cubos han sido vandalizados durante la semana que llevan expuestos. En algunos de ellos han aparecido pintadas con la bandera de España o símbolos de partidos de extrema derecha, y en las redes sociales incluso se han proferido comentarios racistas contra la propuesta.

Para Bastarós, la reacción social era “de esperar” porque “es una obra visualmente agresiva”, pero esa es “su intención”. “Lo que hace esta artista es jugar con ese imperativo para dar una orden que, obviamente, es la orden más lógica del mundo, que no debería suponer ninguna afrenta y, sin embargo, genera muchísimas reacciones encontradas. Es una obra que sirve para que la sociedad se retrate y, en ese sentido, ha funcionado perfectamente”.

Para la comisaria de la exposición, el hecho de que ciertas críticas aleguen que el mensaje debe dirigirse exclusivamente a un determinado colectivo, en una especie de “aspaviento defensivo”, es un síntoma de la “falta de conciencia colectiva”, un problema que debe “debe ponerse también sobre la mesa y ser analizado de forma crítica”.

“Las pintadas con las que suele ser intervenido por los transeúntes nos retratan. En este caso, en el cubo ubicado en la plaza San Francisco, han aparecido banderas de España, relacionando directamente este símbolo, que nos pertenece e identifica a todos, con una agresiva reticencia a reflexionar sobre la violencia sexual, y una pintada que reza: ‘Si visten como putas, las trataremos como a putas pero sin pagar”, añade Bastarós.

No obstante, también ha habido reacciones positivas y de apoyo a la artista y a su obra. En el cubo vandalizado en la plaza de San Francisco, se ha colocado una cartulina con un mensaje que reza: “Si esto te ofende y no vas a violar, ¡háztelo mirar!”. Asimismo, algunas de las pintadas han sido tapadas por otros ciudadanos o cubiertas con pintura morada.

La propuesta “No violarás” es, por tanto, un reflejo del desamparo que sufren muchas mujeres en la calle. La obra de arte “abandona el espacio de seguridad que ofrece la galería de arte” y se traslada a la calle, donde es más vulnerable y se expone a ser “invadida”. Es, en sí misma, una metáfora y un “testimonio del conflicto que supone la alusión a la violencia sexual en un territorio en el que las denuncias relacionadas con esta constituyen un constante goteo”.

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