Daroca, contra el abandono
El Campo de Daroca ha expresado su voluntad de resistirse a una decadencia a la que parece condenada la comarca por décadas de abandono. Con el apoyo de todos los partidos, la concentración de ayer pidió apoyo para las iniciativas empresariales e inversiones públicas, de manera que se pueda frenar la sangría demográfica. Un grave problema común a una gran parte del territorio aragonés y que debe estar entre las prioridades de la agenda política
Las quinientas personas que ayer se concentraron en la plaza de Santiago de Daroca podrían parecer pocas, pero lo cierto es que son muchas para una comarca con menos de seis mil habitantes. Equivaldrían a una movilización de 50.000 personas en Zaragoza capital o de medio millón en Madrid, por ejemplo. Daroca dio ayer prueba de su voluntad de resistir y de su determinación de introducir las graves circunstancias que atraviesa en el debate público de la Comunidad. Y sería un grave error que las fuerzas políticas pasaran por alto ese llamamiento. Todos los partidos respaldaron la movilización y sus dirigentes deberían ahora ser consecuentes y situar la emergencia demográfica que vive una gran parte del territorio aragonés en lugar preferente de su agenda, con medidas realistas y concretas. El Campo de Daroca, que ha perdido en este siglo el 20% de su población, necesita respaldo económico para salir de la espiral de decadencia. Es cierto que las nuevas tendencias económicas -empezando por el turismo de interior, ligado a la naturaleza y el patrimonio- ofrecen oportunidades que la iniciativa empresarial tiene que aprovechar. Pero para ello es necesario remover obstáculos administrativos y fiscales, ofrecer apoyo y contar con inversiones públicas imprescindibles. Aragón no puede resignarse al vaciamiento progresivo de sus tierras ni a la desaparición de sus pueblos. Daroca, como Teruel, como tantas comarcas, quiere resistir y ese debe ser un empeño de todos los aragoneses.
