Los medios de transporte han cambiado notablemente en los últimos años. Factores como la sostenibilidad, el ahorro económico y el uso de las nuevas tecnologías han sido determinantes para el diseño de los modelos pertenecientes a la movilidad compartida. La implantación de empresas como Koko o Lime, con sus patinetes eléctricos, es ya una realidad en ciudades como Zaragoza, donde llegaron el pasado mes de septiembre, cosechando un éxito arrollador, con miles de usuarios en sus primeros días de andadura.

Pero, a pesar de las comodidades que presentan, las condiciones en las que pueden utilizarse también generan incertidumbre en el ciudadano. ¿Por dónde deben circular? ¿Dónde se pueden aparcar? ¿Estas empresas deberían pagar por ocupar espacios públicos? Son muchas las preguntas que surgen en este sentido y, por esta razón, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza ya ultima una regulación de estos patinetes en la que se pretenden dejar claros estos aspectos, en la línea de lo que ya han hecho diversas urbes españolas.

Sin embargo, otro elemento importante que entra en juego a este respecto es lo que ocurre en caso de tener un accidente con este medio de transporte. "Estos patinetes se clasifican como vehículos de movilidad personal y, pese a llevarlo, no se consideran vehículos a motor, de ahí que no se les exija seguro propio, matrícula ni autorización administrativa propia. Aunque hay ordenanzas en algunos municipios, no hay una normativa nacional que los regule, lo que ha llevado al vacío normativo actual en el que no se sabe bien por dónde se ha de circular", explica Gonzalo Moné, responsable de empresas en Moné Seguros e Inversión.

Unas condiciones "ambiguas"

El profesional señala que hay que tener en cuenta "el riesgo de quien asume las indemnizaciones por daños ante posibles accidentes". "Un dato que se comprueba en las condiciones de cada compañía, las cuales en muchos de estos casos no son nada claras", apunta Moné, que incide en la posibilidad de que el usuario esté asumiendo una serie de riesgos de los cuales no es consciente.

Pedro Zapata, director de relaciones institucionales de Koko, señala que la empresa tiene contratado un seguro para sus patinetes que cubre tanto daños a terceros como los que pueda sufrir el propio usuario. "Lo que nos exige la ley es el seguro de responsabilidad civil, que cubre el daño a terceros, pero es que nosotros tenemos además un añadido que también cubre al conductor y las lesiones que este pueda sufrir", apunta. No obstante, en las condiciones generales de contratación de la entidad este aspecto no sale reflejado, algo que Zapata achaca a que el texto se corresponde con el de un primer seguro básico que contrataron, y a que cuando firmaron el actual no lo actualizaron. "Ahora estamos en contacto con asesores legales para renovar este contenido y hacerlo más explícito para el cliente", apunta el trabajador de la compañía.

En cuanto a la cobertura del daño a terceros, el texto expone que quedan fuera de esta, "siendo plena responsabilidad del cliente, cualesquiera daños producidos por una actuación negligente o dolosa por su parte, tales como el cuidado deficiente del vehículo, su uso inadecuado o ilícito o la distracción o somnolencia durante la conducción", una explicación que es algo confusa en lo referente a situaciones en las que se produzcan descuidos y que Zapata indica que se refiere a circunstancias producto de la negligencia del conductor como que este lleve puestos auriculares en el momento del accidente.

Sobre Lime, las condiciones de uso de su app contienen frases como la siguiente: "You assume full financial and other responsability for any and all misuse, consequences, claims, damages, injuries… wheter foreseable or unforeseable… as a result for the minor use of any of the services" ("asumes todo el pago y otra responsabilidad por todo mal uso, consecuencias, reclamaciones, daños, lesiones… Sean previsibles o no… Como resultado del uso de cualquier servicio").

Moné apunta a que este tipo de condiciones "ambiguas" podrían "abrir la puerta a que tanto el daño a terceros como el del propio usuario no se cubriesen". En este sentido, afirma que algunos seguros de hogar ya están incluyendo los daños que puedan causar los miembros de la unidad familiar con el patinete eléctrico, como ya ocurre con las bicicletas y otras cuestiones de la vida privada.