Lorena Larrea: "Una jota, sin calderones, puede emocionar"

La jotera zaragozana, con tan solo 24 años, ha resultado ganadora del Premio Extraordinario en el Certamen Oficial de las Fiestas del Pilar.

Además de cantadora, Larrea es fisioterapeuta infantil.
Además de cantadora, Larrea es fisioterapeuta infantil.
José Miguel Marco

No es frecuente ganar el Extraordinario con solo 24 años. Es como si hubiera ganado el campeonato del mundo. No hay un premio mayor.

Pero ser campeona no lo es todo. Me quedo con la respuesta del público, que me hizo salir a saludar después de mi actuación. Es imposible describir lo que sentí. Fue algo mágico, maravilloso... Desde pequeña soñaba con recibir una ovación así.

Eso está muy bien, pero al Certamen Oficial se va a ganar.

Claro. Pero solo gana una. No es que no sea competitiva pero siempre he sentido que lo importante es quedarte satisfecha con tu actuación y que el público te lo reconozca. El primer premio me lo dio el público de la Mozart con sus aplausos.

En 2014, el primer año que competía por el Extraordinario, se desmayó en escena...

Fue un certamen para olvidar, y el de este año lo recordaré toda la vida. Los nervios, la tensión...

¿Qué es la jota?

Una forma de vida, un trabajo diario. Le dedico mucho tiempo, dejo muchas cosas de lado por ella, especialmente los fines de semana. Toda recompensa necesita su esfuerzo. Una de las cosas más bonitas que me ha dado ha sido conocer a gente maravillosa.

Vaya, pensaba que entre ustedes se llevaban mal, sobre todo en los concursos.

Qué va. Todos tenemos días buenos y días malos. Y yo, cuando veo que alguien lo hace mejor que yo, lo reconozco y le felicito. Me llevo estupendamente con muchísimos cantadores y cantadoras. Lo bueno de la jota es su gente.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene relacionado con la jota?

...No sé. Recuerdo la primera clase a la que asistí, aunque solo tenía cuatro años. Me llevó mi madre, para que probara, con Pedro Morales de profesor.

Eso sí que es precocidad.

Ya, pero yo no salí de la nada. Mi madre cantaba, mi abuela también... Tengo un vídeo de mi bautizo donde ambas cantaban, y antes de que tomara la primera clase yo ya me había aprendido de memoria las jotas del vídeo.

Tampoco es muy frecuente que le prepare su pareja, Víctor Martín, guitarrista de rondalla.

Es muy estricto, me conoce bien, ama tanto la jota como yo... En casa me gusta el trabajo de investigación y recuperación, tanto de grabaciones antiguas como de cancioneros. Es bueno invertir tiempo, queda mucho por descubrir y aprender de nuestro folclore. Me gusta tomar cosas de todos los cantadores e intentar llevarlas a mi terreno.

Usted ya da clases de jota.

En Zaragoza y en Alfamén. En el pueblo tengo unos 30 alumnos, a los que intento, además de que aprendan las tonadas, inculcarles el amor por la jota y su estudio. Y valores.

¿Qué estilos le van?

La verdad es que me gustan todos... Quizá los que canté en el certamen los sienta más próximos. Dicen que ‘Lo llevan por la ribera’ es ‘mi’ jota, porque la canto mucho, pero hay muchas más.

¿Fuerza o técnica?

Lo importante para un cantador es crearse su propio estilo. Interpretando una jota hay que buscar que ‘llegue’ al público, que le trasmita cosas. Y eso se puede conseguir con la fuerza, pero no solo. Una jota, sin calderones, también puede emocionar.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión