"Hoy el acceso es mucho mejor. Ayer fue una locura, había gente desmayada", explicó anoche una de las encargadas de la seguridad –que prefirió no compartir su nombre– en el acceso al Espacio Zity de Valdespartera. El caos de la primera noche, cuando unas 10.000 personas intentaron entrar al recinto a la vez y se registraron situaciones de agobio, no se repitió en esta jornada gracias a las nuevas medidas de seguridad que permitieron un flujo de personas más ordenado.

El acceso al mayor recinto de ocio de estas fiestas es ahora más complejo. En primer lugar, se debe pasar un control de la Policía Nacional para cerciorarse de que no se introducen objetos prohibidos. Tras ello, la seguridad de la organización comprueba que el asistente tiene su entrada y no introduce bebida de fuera.

Después de estos dos controles se ha instalado un recorrido serpenteante plagado de trabajadores de seguridad que vigilan la fluidez de la masa. Tras otro control para comprobar que el asistente tiene su entrada, unas vallas delimitan cuatro accesos a los tornos del recinto y, entonces sí, aparecen las carpas que conforman Espacio Zity.

Tampoco se desconectaron los tornos como sí ocurrió en la noche del viernes, una medida que se tomó para agilizar la entrada y que provocó que mucha más gente quisiera acceder al recinto.

Esta suerte de yincana fue especialmente útil alrededor de las 3.00, momento en el que, como la anterior noche, la mayor parte de los jóvenes que realizaban botellón en las inmediaciones se decidieron a entrar al mismo tiempo. La policía dividió entonces a la masa en dos grupos y el tiempo de espera para recorrer todo el acceso no fue superior a los quince minutos.

Varios de los asistentes coincidieron en que había una mayor presencia policial, lo cual garantizó una mejor organización. De la misma forma también afirmaron tener la sensación de que el público también era superior al de la noche del viernes, aunque muchos de ellos acudieron sin entrada para Espacio Zity y solo buscaban unirse al botellón. La cantidad de desperdicios y suciedad de la zona da buena cuenta de esta asistencia masiva al lugar.

Las ordas de fiesteros de los alrededores contrastaron con el amplio espacio disponible dentro del recinto –a pesar de que la carpa principal rozó el lleno durante la actuación del cantante C. Tangana–. Los baños portátiles funcionaron especialmente bien y el uso de un vaso único por cliente también contribuyó a reducir la cantidad de basura.

Las quejas sí fueron más abundantes en lo referente a los ‘tokens’, la moneda que emplea Espacio Zity y que es necesario canjear por dinero real en las pocas taquillas disponibles. Las filas para adquirir ‘tokens’ superaron en algunos momentos los veinte minutos a la intemperie, aunque muchos mataron el tiempo dejándose llevar por la música que les llegaba desde la carpa.

Algunos vecinos de Valdespartera ‘pasan a la acción’

La cantidad de personas que se congrega estos días en el barrio de Valdespartera genera problemas que los vecinos denuncian desde la primera jornada de festejos. Suciedad en las calles, orines en los portales, botellones y ruidos hasta el amanecer son las principales molestias.

Algunos de ellos se decidieron a ‘combatir’ la situación con sus propios métodos durante la noche de este sábado con acciones como retirar bolsas con bebidas alcohólicas –algunos jóvenes las guardan bajo los coches ante la prohibición de entrar con ellas a Espacio Zity– o arrojar cubos de agua a aquellos que orinan en los portales. La convivencia entre fiesteros y vecinos aún tendrá que alargarse hasta el día 13 de octubre, con la última actuación durante estas Fiestas del Pilar, y el siguiente fin de semana con los dos últimos espectáculos del recinto