Encierros y juegos bajo el sol de Utebo

En el tercer día grande de la localidad tanto pequeños como mayores han podido disfrutar de una amplia programación.

Los más pequeños pudieron disfrutar de las fiestas en el Espacio Joven del Ayuntamiento.
Los más pequeños pudieron disfrutar de las fiestas en el Espacio Joven del Ayuntamiento.
Raquel Labodía

Los más pequeños abrieron el cuarto día de las fiestas de Utebo. El Espacio Joven de la localidad, albergó desde las 10.00 todo tipo de juegos. Neumáticos de goma que actuaban como autos de choque, 'cars' y el ya veterano Barbo tragachicos fueron algunos de los juegos en los que más de uno se montó varias veces. Había para todos los gustos. Mario y Adriana Calvo, de nueve y seis años respectivamente, no coincidían. "A mi lo que más me ha gustado han sido los choques con ruedas", aseguraba Mario. Mientras, Adriana, deseosa de repetir en las colchonetas, aseguraba que estas habían sido "sus preferidas".

En la otra parte de la localidad, las vaquillas perseguían a algunos valientes que intentaban sortearlas por el Casco Viejo. La mayoría de la gente decidió observar el espectáculo desde la barrera, pero más allá de público y los recortadores, otros protagonistas estaban en la escena. Juan Sebastián, fue uno de ellos. Es uno de los voluntarios de Utebo cuya labor, en parte, consiste en supervisar el encierro. "Se trata de vigilar que los menores no entren al ruedo" ni tampoco, "aquellas personas con síntomas de embriaguez o intoxicación". A pesar de verlo en gran parte desde la barrera, asegura que su trabajo le permite "hacer algún recorte". Los que si que decidieron ver la vaca desde la grada, pero guardando la primera fila, fueron los pequeños Joel Navarro y Lorién Ramiro, de diez y ocho años respectivamente. "Lo que más nos gusta de las fiestas son las vacas, el Chiquiencierro y el toro de fuego", afirmaban. 

Después de una mañana ajetreada setenta peñistas se sentaron a la mesa. En el Palacio de Deportes de la localidad zaragozana, Comidas Populares la Bernama les tenían preparadas carrilleras al vino tinto y para los veganos, unas ensaladas. "Se lo comen muy a gusto", aseguraba la cocinera María José Borao. Pero más allá de la comida, "es un gran evento" para poder "reunirse todos", como aseguró Diego Mendo de la peña La Chapuza. "Es una tradición seguida desde hace siete años", explicó. 

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