Alicia Arrondo Belloso: "El titular que me gustaría leer es que haya paz en el mundo"

Alicia Arrondo (1921) y su familia repiten desde hace 118 años la tradición de informarse cada día con las noticias de HERALDO.

Desde 1900 el HERALDO no ha faltado en la zapatería La Alicantina, en la calle Don Jaime de Zaragoza.

Desde hace más de un siglo el HERALDO siempre ha entrado en casa a través de la tienda. Por la mañana el diario estaba en la zapatería y, a mediodía, a la hora de comer, mi marido lo subía. Y así sigue siendo. Comenzó la tradición mi suegro, Antonio Mas Lahoz, la siguió mi marido, Antonio Mas Deza, y la continúan mis hijos.

Usted nació en Tudela.

Vine a Zaragoza junto a mi familia con 14 años, poco antes de la Guerra Civil. Mi padre, Marcelino Arrondo, montó un negocio de calzado, Calzados Arrondo, en el Coso.

¿Cómo vivió ese cambio de ciudad?

Fue un cambio brutal. Dejé atrás a muchos familiares, y los primeros tiempos en Zaragoza andaba un poco desorientada. Pero poco a poco me acostumbré.

¿Cómo era la vida en aquella Zaragoza, pasada la Guerra Civil?

No recuerdo nada extraordinario, llevábamos una vida normal. Me gustaban los paseos a mediodía, después de cerrar la tienda; y acudir a la parroquia de San Gil, a la que siempre hemos estado muy vinculados. Y leer, el HERALDO, claro.

¿El periódico es casi un miembro más de su familia?

Totalmente. Nunca he perdido el hábito de leer el HERALDO. De joven, me encantaba leer, aunque disponía de menos tiempo del que me hubiera gustado porque criar a siete hijos te obliga a limpiar más pañales que a leer. Pero leer ha sido y es una constante en mi día a día. A medida que me he ido haciendo mayor, he ido cambiando el interés por las secciones. Ahora me centro, sobre todo, en las esquelas, por si ha fallecido algún contemporáneo mío.

¿Recuerda alguna anécdota relacionada con el diario?

HERALDO también ha servido como profesor de ortografía para mis siete hijos. Recuerdo que tanto mi padre como mi suegro (ambos estaban suscritos) hacían sentar a mis hijos en una banqueta y les decían: «Coged esta plana del HERALDO y encontrad tres erratas». Si encontraban las erratas, el premio era, por ejemplo, un plato de macarrones. Era una forma para aprender a leer. Mi padre había trabajado muchos años con un notario y la correcta ortografía era una obsesión para él.

¿Cuál es la noticia que más recuerda?

En estos años, me ha tocado leer de todo, cosas muy positivas y otras muy malas. Pero tal vez me quedaría con la llegada del hombre a la Luna en 1969, por el impacto que supuso para todos. Recuerdo que a las tres de la madrugada estábamos todos levantados pendientes de lo que sucedía. Aquello fue impresionante. Mi marido era muy amante de la tecnología y verlo en la televisión fue espectacular.

¿Qué titular le gustaría leer algún día en la portada?

En eso no tengo dudas: que haya paz en el mundo, que se terminen las guerras. Lo dice una persona que vivió una guerra y que ha leído y visto las consecuencias de otras muchas

Uno de sus hijos, el músico Javier Mas, ha ocupado muchas páginas al tocar junto a Leonard Cohen. ¿Qué siente?

Pues mucho orgullo. Iría por la calle con un cartel colgado de «Soy su madre». Guardo en un cajón de la antesala todos los artículos en los que aparecen mis hijos o la zapatería. Pese a que hoy en día casi todo se hace por ordenador, es muy bonito ver a un ser querido en una hoja de periódico.

¿Ni siquiera descansa de HERALDO en vacaciones?

Desde hace 62 años veraneamos toda la familia en Comarruga y cada día vamos con el cupón para coger el ejemplar.

El 18 de agosto de 2021 cumplirá 100 años.

Ese día espero volver a salir en HERALDO. Tengo pensado hasta el titular: ‘Mamá cumple 100 años’. Me haría mucha ilusión.

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