Marta Blanco, alcaldesa de Aladrén: "Estamos en todas las redes sociales. El pueblo que no comunica no existe"

Blanco (París, 1973) llegó en el año 2015 a la alcaldía de Aladrén (54 habitantes) como independiente impulsada por la crisis económica y el movimiento del 15-M

La alcaldesa de Aladrén, frente a uno de los murales que decoran las calles del pueblo.
La alcaldesa de Aladrén, frente a uno de los murales que decoran las calles del pueblo.
Laura Uranga

Hace cinco años cambió de vida y se trasladó a vivir a Aladrén.

Nací en París porque mi madre fue una emigrante política en su momento. Decidí trasladarme desde Zaragoza porque siempre me ha encantado el pueblo. La crisis me dio ese empujón, mi madre ya no estaba, el negocio quebró, y al final di el paso.

¿Y cuándo entró en política?

En 2011 salimos a la calle con el 15-M. En mi casa siempre se ha hablado mucho de política, pero ese fue el momento. A partir de la crisis comencé a informarme de la situación económica, porque mis problemas empezaron ahí. Fue mi despertar fue activo y dije que había que actuar, que no valía solo con quejarte.

Y llegó 2015 y se presentó a la alcaldía.

En 2011 mi protesta fue la abstención total. En 2015 me presenté como independiente (Juntos por Aladrén) y gané por mayoría. Somos un ayuntamiento del cambio.

¿Funcionan como concejo abierto?

Sí. Es un pueblo pequeño, pero si te mueves y lo mueves trabajo hay, y bastante.

Es además la primera mujer al frente del Ayuntamiento.

Así es.

La despoblación también castiga a Aladrén.

En el pueblo estamos empadronadas 54 personas. Y la media de edad es de jubilado. No hay ningún niño, salvo algún fin de semana o en verano.

¿Qué modelo de gestión defiende en el Consistorio?

En este momento político general o hacemos política o nos la hacen. A mí me gusta hacer política social, y en los pueblos hay que hacer una labor muy grande, porque la despoblación que sufrimos es fruto de decisiones mal tomadas.

¿Cuál es el objetivo que se marcó para revertir la situación?

Que gente que descienda del pueblo, como es mi caso, opte en algún momento, por emprender desde aquí en lugar de hacerlo en Zaragoza, y se quede a vivir.

Un reto bastante complicado.

Sí, lo sé, pero no es imposible. Aladrén está despobladísimo, la media de habitantes por kilómetro cuadrado de 2,20. Y eso refiriéndonos al padrón municipal, porque viviendo todos los días no llegamos a 15.

Pero a pesar de ser tan pocos vecinos cuentan con una activa asociación cultural.

Es el corazón del pueblo. Gestiona el club social. Si hubiera desaparecido, yo creo que Aladrén también.

¿Acude mucha gente a las fiestas en honor de la Virgen de las Nieves en agosto?

La semana de antes y hasta las fiestas es el momento en el que más gente hay. Parte de la estrategia de darle vida al pueblo es intentar organizar actividades, no solo festivas, sino culturales.

¿Por este motivo lanzaron el año pasado el Ababol Festival?

Así es. Es una iniciativa que consiste en llevar el arte contemporáneo de forma permanente a las calles. Las obras permanecen para uso y disfrute de los vecinos.

¿Cómo surgió esta idea?

Yo soy diseñadora de joyas y el arte me gusta. Lo que más tenemos es naturaleza y el valor añadido que le podíamos sumar era arte. Y no solo en el núcleo urbano.

¿Impulsaron rutas senderistas?

Con una subvención empezamos con rutas senderistas y de BTT que se descargan desde internet.

¿Ha contado las cuestas que hay en el municipio?

Mejor sería contar las que no hay. Solo está llana la plaza, la pista y el frontón.

Aladrén ganó el concurso ‘Mi pueblo es el mejor’, que organizó HERALDO el pasado verano.

Creo que primó la originalidad del vídeo, con frases de vecinos y música del rapero, Mario Tulpa. Conseguimos darle un punto extra.

¿En el pueblo tienen un grupo de Whatsapp?

Sí, estamos 132 personas. Comunican incidencias, fiestas...

¿En Aladrén tenían pendiente crear un canal en Youtube?

Esa era la idea. Pero redes sociales tenemos todas: Instagram, Twitter, Facebook... Nos movemos mucho, tenemos contratado un community manager. El pueblo que no comunica no existe.

¿Qué servicios tienen?

El médico viene los jueves y el panadero, cuando hay poca gente, los viernes. Yo recojo los pedidos y luego hago el reparto.

¿Y las comunicaciones?

Son con vehículo propio. Hace muchísimos años que no llega el autobús. Para la gente mayor es un hándicap. Estamos trabajando para materializar la idea del transporte a demanda, pero hay que implicar a las instituciones.

¿Cuál es el próximo proyecto?

Una gran apuesta es conseguir la autosuficiencia energética para los edificios públicos y alumbrado y para subir el agua del pozo al depósito para el abastecimiento. También queremos que llegue al Ayuntamiento, al horno que se ha transformado en ludoteca y al Teleclub.

¿En qué fase se encuentra?

Estoy con el proyecto, a ver si podemos empezar con el pozo. Gastamos unos 4.000 euros al año en elevar las aguas desde allí y en ponerlas en circulación, así que se amortizará rápido.

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