Si hay un lugar para vivir situaciones surrealistas en Zaragoza ese es el pabellón de Interpeñas. Y no solo para el público. Los artistas invitados también pasan de las suyas, y con el paso del tiempo algunas salen a la luz. Así ha ocurrido con una vivencia que Rafa J. Vegas, bajista de Rosendo, ha reflejado en un libro de anécdotas titulado ‘Mil maneras de volver al hotel’. Resulta que el músico se encontraba en el recinto peñista (el de antes, en Miguel Servet) en los minutos previos a un bolo, detrás del escenario, que colindaba con la carpa del circo. "Algo se mueve detrás de mi y veo un enorme rinoceronte apoyado en los mismos barrotes que yo", relata. Resulta que "el pobre animalico" solo quería rascarse el lomo, a lo que Vegas accedió gustosamente.